Ramiro Sánchez El Panamericano Deportivo
Los árbitros son humanos y también cometen errores. Partamos por ahí. Lo preocupante de estas imprecisiones es que fueron reiterativas en las últimas jornadas del torneo, despertando susceptibilidades en los directivos, quienes alertan que estas fallas empiezan a ser determinantes para sus aspiraciones.
Lo más reciente tiene que ver con el partido Bolívar y Sport Boys. Según el presidente del plantel warneño, fueron "víctimas de un arbitraje absolutamente delincuencial”, expresiones al calor de siete minutos de adición y otras acciones discutidas.
La respuesta no se dejó esperar y sus pares celestes calificaron éstas como "declaraciones desaprensivas” que deben ser sancionadas, sintiéndose "víctimas de un complot”.
Esta polémica nos muestra que los árbitros sólo interesan cuando existen errores y, si son grandes y de trascendencia, mejor. ¿Por qué sólo resaltan las fallas? ¿Por qué nunca se destacan los aciertos? El fútbol no es un deporte perfecto, por qué pedir que el arbitraje lo sea si tampoco existe el futbolista perfecto.
De ninguna forma se puede poner en duda la honestidad de los jueces o que hay corrupción en todas las esferas del fútbol. Ni lo uno ni lo otro. Plantear filmaciones y análisis propios es igual de absurdo porque, quiérase o no, es un arma de doble filo que lejos de invocar a una mejora en los jueces, condiciona demasiado su trabajo arbitral
El actual modelo de evaluación, designaciones y capacitación a los árbitros está caduco. He aquí el problema de fondo. Impera conformar un cuerpo colegiado con profesionales del extranjero, que resida a tiempo completo en nuestro país, instruyéndolos de mejor manera, evaluando su rendimiento y designando bajo nuevos parámetros a los más idóneos para cada encuentro.
La solución está en manos de la FBF.