Jorge Drexler: “Tengo curiosidad de conocer Oruro, donde vivió mi papá”
El cantante y compositor dará dos conciertos en La Paz y Santa Cruz. El músico recordó la estadía de sus abuelos y su padre en el país, desde 1939.
domingo, 16 de octubre de 2016 · 00:00
Anahí Cazas / La Paz
El uruguayo Jorge Drexler recuerda con nostalgia y emoción a Oruro, ciudad donde vivieron sus abuelos, su padre y tíos. Ellos vivieron siete años en esa ciudad. El tiempo de estadía de sus antepasados se ha convertido en un fuerte lazo que lo une con Bolivia, país al que, justo en su más reciente disco, regaló una canción denominada Bolivia.
El tema forma parte de Bailar en la cueva, disco que presenta en su más reciente gira. Y justo con este tour, el uruguayo movió viento y marea para visitar Bolivia por segunda vez. Luego de varias gestiones y una amarga experiencia (él y sus fans fueron engañados por una productora que anunció un concierto falso en el país), el músico anunció dos conciertos en tierras bolivianas: el 25 y el 26 de octubre en Santa Cruz y La Paz, respectivamente.
"Me encantaría invitar a las personas que escuchan mis canciones a los recitales que daré en Bolivia. Yo especialmente voy encantado a su país para dar estos conciertos”, aseguró Drexler, en una entrevista exclusiva con Página Siete.
En sus presentaciones en Bolivia presentará el disco Bailar en la cueva, que incluye la canción Bolivia ¿Qué significa para usted tocar este tema en Bolivia y para los bolivianos?
Para mí es muy importante. Estoy esperando con mucha emotividad el momento de ir a tocar a Bolivia, en parte, sí es cierto que una de las razones es por la canción Bolivia que escribí para el último disco. Y otro de los motivos es que quiero volver a reconectar con algo muy bonito que percibí en la audiencia boliviana la última vez que fui. En realidad, siempre digo que es muy difícil decir que hay una audiencia típica boliviana porque las dos ciudades que conocí, Santa Cruz y La Paz, son tan diferentes entre sí, que hacen que Montevideo y Rosario parezcan la misma ciudad.
¿Qué recuerda de su última visita a Bolivia en 2012?
Lo primero, el cariño. (Mi primera visita me ayudó a) comprender la magnitud de la generosidad que tuvo Bolivia con mi familia, en 1939. Sé que ha pasado mucho tiempo desde 1939, pero creo que hay cosas que son muy bueno recordarlas en un momento en el que el mundo vuelve de vuelta a tener refugiados todo el tiempo. Hay que entender que la historia es circular y que los que hoy piden asilo más adelante lo pueden dar, como pasa ahora con Europa, que en su momento pidió asilo y hoy está decidiendo si lo da o no.
¿Cómo mira a Bolivia desde los recuerdos de la familia Drexler?
Con mucha admiración y mucho agradecimiento. Y con la perspectiva y también con mucha curiosidad de conocer más Oruro, donde vivió mi papá. Estábamos pensando viajar con mi papá a Oruro, pero él ya está muy mayor y tiene miedo a la altura, a los 3.800 metros. Entonces, a lo mejor se anima a ir a Santa Cruz que es más bajito.
¿Qué le contaba su papá sobre la ciudad de Oruro?
Algo que siempre generó una fantasía enorme para mí cuando era niño era todo el mundo de las minas, de tener acceso a vetas abandonadas y de tirar una piedra por un agujero y no escucharla caer nunca. La profundidad de las minas y el interior de las minas siempre fueron para mí un mundo de aventuras.
¿Qué recepción ha tenido el tema Bolivia?
Es la canción que usamos para cerrar los shows, en general, es una canción que siempre tiene un lugar central en los conciertos. Estoy muy orgulloso de este tema porque me permite un tono para hablar de un tipo de cosas que no suelen ser incluidas en las canciones, salir un poco de la temática "chico conoce chica” de la canción popular, que es una temática maravillosa y a la que vuelvo todo el tiempo, pero me gusta buscar otras cosas.
Justo hoy veía una entrevista a Bob Dylan en la que él decía que siempre había buscado ampliar los límites temáticos de la canción. Y yo busco un poco lo mismo, también que la canción muestre toda la paleta de la experiencia humana; que no sólo sea un canto al amor y al desamor de la pareja. Creo que una composición también puede hablar de otros tipos de amores: del amor filial, del amor al lugar, de la memoria histórica, de algunos cuestionamientos éticos que se hacen algunas personas. Sin que se vuelva una clase, yo no soy un docente, yo soy una persona que escribe canciones, soy un cancionista que le gusta trabajar con emociones y plasmar una emoción, y sentarse a esperar como un pescador a que alguien muerda esa emoción y la sienta como propia.
¿Escribe poesía, cree que incursiona en la literatura?
He escrito muy poquita literatura, fuera de las canciones. La verdad, mi trabajo principal con mucha diferencia es ser cancionista. Algunas veces he escrito música instrumental para algunas películas. Ahora, por ejemplo, estoy escribiendo un libro de poesía que no sé si voy a terminar y he escrito algunos cuentos sueltos cuando he empezado a escribir canciones, pero casi siempre me siento más cómodo trabajando con la guitarra y el cuaderno que sólo con alguno de los dos.
O con la guitarra y el teléfono, hoy en día escribo con cualquier cosa que tengo en las manos, como en un papel o una servilleta.
Para escribir canciones es muy importante leer. Si uno trabaja con letras tiene la obligación de leer y de ampliar su espectro. Soy un lector muy disparejo y leo despacio y con mucha concentración. Leo de todo: ensayo, ficción y poesía.
¿Se considera un poeta?
Me considero un escritor de canciones, un cancionista, más que un poeta y más que un músico. Sé que tengo facilidad con la palabra, me gusta hacer versos y disfruto del idioma como quien disfruta en un jardín. Me gustaba jugar con las palabras desde que era chico, pero he hecho poca literatura, soy más que nada un cancionista.
Jorge Drexler vuelve a Bolivia
- La Paz El concierto en la urbe paceña será el miércoles 26 de octubre, a las 20:00, en el auditorio Illimani del Campo Ferial Chuquiago Marka.
- Santa Cruz El recital se efectuará el martes 25 de octubre, en el teatro René Moreno.
- Boletos Los precios de entradas son: 750 bolivianos para el Área Oro, 500 para Plata y 250 para Bronce.
- Puntos de venta Los boletos se venden en Súper Ticket Centro (Plaza del Estudiante, edificio Inchauste Zelaya , piso 6) y en la sucursal Súper Ticket Sur, ubicada en el centro comercial La Chiwiña.





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