ANUARIO 2016 DE PÁGINA SIETE
Quema de la Alcaldía, el ataque que enlutó a la urbe alteña
El 17 de febrero una marcha de padres de familia terminó en el asalto al edificio municipal que dejó seis funcionarios muertos y luto en El Alto. 10 meses después, no hay sentencias. 5 fotos

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miércoles, 21 de diciembre de 2016 · 00:00
Madeleyne Aguilar Andrade Periodista
"¡Fuego... son criminales, quieren golpearnos!”, son los gritos de la gente dentro de la Alcaldía de El Alto. Afuera hay una turba violenta, que intenta entrar. Con petardos, palos y piedras exigen: "¡Qué salga La Sole! ”.
La mañana del 17 de febrero, una marcha de padres que demandaban mejoras en las escuelas de El Alto, terminó en el ataque y quema a la Alcaldía. Seis personas murieron por asfixia y la urbe se llenó de luto e indignación por el crimen del que aún no se hallan culpables.
"¡Si el Comando Regional quiere una nota para intervenir, entonces mandémosla! ”, instruyó por teléfono la directora jurídica de la Alcaldía de El Alto, Sonia Vallejos, desde la oficina de Secretaria General, en el primer piso. En los pasillos la gente corre despavorida y sube las gradas para escapar de las llamas.
De la protesta al horror
Miles de padres de juntas escolares, afiliados a la Central Obrera Regional y la Federación de Juntas Vecinales, se concentraron desde las 8:00 y recorrieron la avenida 6 de marzo rumbo a la comuna. "Nos movilizamos por la falta de atención de la Alcaldía en equipamiento e infraestructura de las escuelas. No se ha cumplido con el POA 2015, falta un 30%; de 2016 aún ni se aprobó”, advertía el dirigente Luis Limachi.
Al encontrar las puertas de la Alcaldía cerradas, los movilizados golpearon con adoquines las cerraduras. Varios jóvenes violentaron la puerta de la unidad de Sumariante, hasta que lograron abrirla y saquear papeles, muebles y computadoras que usaron como leña para el fuego.
Dentro, los funcionarios llamaban desesperadamente a la Policía.
Al ver la magnitud de la violencia, muchos padres de familia se retiraron. "Nos han convocado para pedir obras, no para sacar a la Alcaldesa, ni destruir las oficinas. Como ovejas nos han manejado”, dijo Segundina Alcón, madre de familia.
Dentro de la Alcaldía, el pánico colectivo crecía. A las 10:30 Vallejos insistió con llamadas, esta vez a la Policía Departamental. Se negaba a aceptar que la ayuda no haya llegado hasta entonces. Mientras, el doctor Laura salió de la unidad Talento Humano para ayudar a la gente de afuera.
A las 11:15 llegaron 18 policías y utilizaron gas lacrimógeno para dispersar la marcha. Fue momentáneo; pronto los más violentos se reorganizaron y sobrepasaron a los uniformados. El fuego crecía.
Los funcionarios, atrapados en los últimos pisos, gritaban desde las ventanas pidiendo auxilio. Los camiones bomberos no podían ingresar por el bloqueo en vías.
Guardias, trabajadores ediles y todos los que pudieron salieron en busca de oxígeno a la terraza. Ya no se podía respirar. Algunos saltaron a casas vecinas otros, resignados, llamaron a sus familiares para despedirse.
A las 12:40, Vallejos es prácticamente obligada a saltar a la plancha de una grúa que los obreros de la empresa Las Lomas Ltda -aledaña a la Alcaldía- habilitaron para rescatar a las personas del edificio en llamas. Con ese ascensor improvisado salvaron varias vidas.
"Tenía la esperanza que los bomberos iban a entrar en cualquier momento y todo se iba a disipar, hasta que vi cómo escapaba la gente, mujeres con niños, incluso personas con discapacidad, con bastones. Tuve mucho miedo de morir”, confiesa la abogada edil. Ya afuera, como todas las personas rescatadas, lloraba desesperadamente.
Pero hubo gente que no pudo escapar. En el edificio aún en llamas sólo un bombero con dos guardias ediles hacían lo imposible por ayudar. A las 13:00, finalmente, los bomberos controlaron el fuego y llegó al lugar un contingente policial.
Cuando el humo disminuyó encontraron a seis personas en el baño del tercer piso, donde habían quedado atrapadas en su intento de huir. No respiraban. Entre ellos estaba el doctor Laura, ensangrentado.
Fueron trasladados al hospital Boliviano Holandés, en Cuidad Satélite. Allí el director Gonzalo Fernández informó que los funcionarios Juan Laura, Javier Mollericona, Ana María Apaza, José Rodrígo Ortiz, Rosmery Mamani y Gloria Magaly Calle murieron por intoxicación de monóxido de carbono (humo). "Fue imposible reanimarlos”, acotó.
Una decena de heridos también estaban en el nosocomio. Robert Saravia, funcionario de la oficina de Talento Humano, saltó desde el segundo piso de la Alcaldía y se cortó la mano al romper una ventana. "¿Qué culpa tenemos? Sólo fuimos a trabajar como cada día. La gente afuera no entendía que tenemos familia. Nadie ordenó a los funcionarios que no salgan, la turba nos lo impedía”, reclamó.
El "autoatentado”, la indignación
Una hora después de que retomara la calma, oraciones y vigilias se ofrecían en el frontis de la Alcaldía, que había sido flanqueada por más de 60 efectivos policiales. En el interior del edificio, una cortina de humo apenas dejaba ver equipos quemados, vidrios rotos, trozos de ropa enganchados en las ventanas.
El entonces viceministro de Régimen Interior, Marcelo Elío, calificó la quema como un "autoatentado” de la Alcaldía alteña. La acusación fue enfáticamente negada por la alcaldesa Chapetón, quien declaró duelo: "No entendemos qué hemos hecho los alteños para que nos traten de esa manera. Queremos decir que la total responsabilidad de estos hechos vandálicos es del Gobierno y de militantes del MAS”, aseguró vestida de luto y flanqueada por autoridades de la Iglesia y del municipio.
Señaló que la Alcaldía identificó en la turba a "Henry Alcón, exsecretario financiero del (exalcalde) Patana; a Nely Mamani, exdirectora de Género, a la familia de Braulio Rocha (dirigente gremialista)”. "Ellos sabían que la próxima semana sale el resultado de los 120 ítems fantasmas”, denunció la Alcaldesa.
La burgomaestre lamentó la "pasividad” con la que actuó el Comando Regional de la Policía de El Alto ante los pedidos de auxilio. "Se le ha pedido a la Policía, en el marco de sus atribuciones, pueda acudir a una convocatoria que se le ha hecho a tempranas horas para que puedan resguardar, pero irresponsablemente no acudió a tiempo”.
Mientras tanto , en la ciudad de La Paz, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, justificaba a la Policía. " Los efectivos actuaron en medio de las dificultades. Han intervenido para evitar que se produzca una tragedia mayor”, aseguró.
Los siguientes días, las oficinas ediles a diario tocaban marchas fúnebres. Los WaynaBuses transportaban a seis velorios de las víctimas, que fueron nombrados "Mártires de El Alto” por el Concejo Municipal. También se declaró el 17 de febrero Día del Funcionario Edil.
El 20 de febrero se realizó el multitudinario entierro de los desaparecidos en el ataque. Entre lágrimas y lamentos, el pueblo alteño exigía una investigación justa de los hechos.
10 meses sin respuestas
Después del ataque, las oficinas quemadas de la Alcaldía fueron precintadas por la Fiscalía y así permanecieron durante siete meses. Muebles y equipos incinerados eran un monumento a la impunidad de aquel violento asalto, cuya investigación aún no da con los culpables.
Hay 17 imputados por el caso de la quema a la Alcaldía, cuatro de ellos son funcionarios ediles.
Entre los detenidos está Braulio Rocha, exdirigente de los gremiales alteños, que había "declarado la guerra” a la alcaldesa Soledad Chapetón.
"Después de 10 meses el caso aún se encuentra en etapa preparatoria. Sólo existen imputaciones: 11 personas han sido identificadas por protagonizar los actos vandálicos, cuatro son funcionarios ediles, y hay otro caso contra dos menores, por saquear y quemar el edificio”, informó la semana pasada el asesor legal de la unidad jurídica municipal, Harry Suaznabar.
Álvaro Calvimontes, Víctor Hugo Tola, Braulio Rocha, Wilmer Guido Sarzuri , Miguel Ángel Cachi y Juan Flavio Altamirano actualmente guardan detención preventiva en el penal de San Pedro.
Mientras que Hipolito Tito Cutil, Fausto Loza, Daniel Nina y Néstor Sergio Churqui fueron beneficiados con detención preventiva después de meses.
También se imputó a Dorian Ulloa, secretario municipal de Seguridad Ciudadana, y a Marcelo Plata, de la unidad de Talento Humano. Al primero, por "incumplir los deberes de protección”; al segundo, por la denuncia de haber impedido que los funcionarios salgan de la Alcaldía cuando se producía la quema. Ambos niegan las acusaciones y obtuvieron permiso para trabajar.
Después del ataque, el comandante regional de la Policía de El Alto, José Peña, fue destituido del cargo. La Fiscalía rechazó la denuncia de la Alcaldía en su contra. Actualmente se le sigue un proceso administrativo interno, por no socorrer a la gente que pedía ayuda en la quema.
Peña presentó vídeos donde supuestamente se ve a los funcionarios Rodrigo Vélez y Felix Durán en el asalto. Ellos negaron con pruebas tal acusación y aún así fueron imputados.
De los dos menores, uno ya cumplió 18 años y tiene sentencia de tres años de privación de libertad. El otro, de 17 años, aún espera juicio.
La investigación es lenta. La Fiscalía informó que el registro de las cámaras de seguridad "se perdió”. Reiterados fueron los pedidos de la alcaldesa Chapetón para que se haga justicia. En la población alteña, la imagen del edificio quemado es aún una herida que "sigue sangrando”.
Los héroes anónimos que salvaron un centenar de vidas en la quema
"Primero los niños y las mujeres” fue el único protocolo para los obreros que con una grúa rescataron a un centenar de personas del edificio en llamas de la Alcaldía alteña. Ese miércoles de luto, fueron los primeros en evacuar a los heridos, incluso arriesgando sus propias vidas.
"Pensábamos que era una de las manifestaciones de siempre. Vimos mucha gente y luego algunas gasificaciones; nunca imaginábamos que las cosas se iban a poner tan tensas y que iban a acabar tan mal”, contó Yamil Manzur Menduiña, el gerente regional de la empresa de importación y exportación de materiales de construcción Las Lomas Ltda.
La sede de la importadora se encuentra sobre la avenida 6 de Marzo, detrás del edificio en el que funcionaba el despacho de la primera autoridad municipal. Desde allí oyeron los pedidos de ayuda.
"¡La grúa, usen la grúa!, ha gritado el gerente y todos hemos colaborado”, explicó Augusto Sofré, el operador de la máquina.
Tras la orden, todos los obreros se movilizaron. Sacaron unos cables y una paleta de fierro que usaron como base para un improvisado ascensor en el que 15 viajes precisos lograron rescatar a un centenar de personas.
Dentro del edificio en llamas, una guardia municipal y un bombero ayudaron a salvar decenas de vidas. La guardia edil fue identificada como Maribel Velasco pero el nombre de aquel bombero no se ha hecho público.
"Con los rostros cubiertos, el bombero y la guardia edil corrían arriba y abajo; buscaban a las personas atrapadas, nos preguntaban si estábamos bien y fueron ellos los que sacaron a los primeros cuatro muertos”, contó Leonor Mamani, una de las sobrevivientes a la quema.
"Sólo había un bombero, entró y nos dijo: ‘Señoras, sáquense las chompas y mantas, no tienen que inhalar humo’. A ese bomberito, donde esté, que Dios lo bendiga”, relató. (Leny Chuquimia).




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