Remedios Loza llevó las polleras al Congreso y abrió puertas a muchos
A fines de los 80 marcó un hito con su ingreso al Poder Legislativo. En 2018 pidió a políticos cuidar la democracia.
Aquella noche del mes de mayo de 1989, el nombre de Remedios Loza fue uno de los que resonó ante la multitud. Carlos Palenque cerraba su campaña a la presidencia en la plaza San Francisco.
Vestido con un poncho y un lluchu, el jefe de Condepa lanzó aquella vez una frase trascendental: “Se terminó la discriminación contra la mujer de pollera, porque ahora estará representada en el Congreso y tendrán que decirle honorable comadre Remedios”.
Remedios Loza, que provenía de la acción social y los medios de comunicación, lideró en aquellas elecciones las listas a diputados por La Paz, en representación de Condepa (Conciencia de Patria). Ese partido, que se estrenó en esos comicios, había nacido tan sólo unos ocho meses antes, a partir de la clausura de RTP, “alma máter” de Loza y Palenque.
Palenque no se equivocó. Tras esas elecciones, Remedios Loza ingresó al entonces Congreso y ocupó un escaño de la bancada condepista.
A principios de agosto del 89, cuando se realizaban las sesiones preparatorias, un diario paceño inmortalizó en una foto el momento en el que, en su curul, la ya parlamentaria anotaba su decisión en la boleta de la elección congresal para presidente. “La diputada Remedios Loza, de Conciencia de Patria, instantes en que consigna en la papeleta de voto los nombres de los candidatos a Presidente y Vicepresidente de la República”, reseña ese matutino en su edición del 6 de agosto del 89.
Entonces regía la disposición constitucional de que si ningún candidato lograba la mayoría absoluta en las urnas, la elección presidencial se decidía en el Congreso. Entonces también había la “Comisión de la Mujer”, instancia que presidió Remedios Loza con su sello propio.
“Cuando ella se ocupa de la Comisión de la Mujer, lo que hace es abrir la comisión para que vaya la gente a contar sus casos, sus problemas, si había una violación, abandono, no pago de pensiones, no pago de salarios, el despido de embarazadas. Ella se ocupó de eso y era un trabajo que no paraba, todo para probar que las mujeres, que las cholas, que las aymaras podían ejercer el poder y que podían hacerlo bien”, indica Sayuri Loza, su hija.
Un fusil, una revolución
La historia de cómo Remedios Loza llegó a los medios se remonta a cuando ella, jovencita, conoció a Palenque y a otros integrantes del grupo Los Caminantes, que tenían un programa de radio. Ella se dirigió a la emisora para saludarles y regalarles artesanías que había elaborado, unos sombreros.
Tenía pensado entregarles los obsequios y retirarse con el poncho autografiado que había llevado, pero fue en ese momento en que su vida dio un giro para siempre: el grupo la invitó a participar en el programa y aquel se convirtió en su punto de partida en el mundo de la comunicación, área en la que se formó de forma autodidacta. Luego vino el salto a la pantalla chica y después, como se sabe, vino el paso a la política.
Remedios Loza contó en marzo de 2016 -para el reportaje Remedios, de la política a los micrófonos y las artesanías- que para ella la comunicación fue el arma para cambiar las estructuras, para hacer una revolución.
“Para mí la comunicación, el micrófono, la pantalla, ha sido un fusil, mi revólver para hacer una revolución; para cambiar las estructuras de no solamente las mujeres, sino de los sectores más discriminados, aislados; no solamente de la mujer de pollera, sino de la mujer en sí”, comentó entonces.
Hacer camino, abrir puertas
Sayuri Loza indica que para Remedios su llegada al Parlamento en el 89 significó romper muchos prejuicios y ataduras, y representó, además, “hacer camino”. Algunos la veían, dice, como un personaje pintoresco, hasta que se dieron cuenta de su capacidad.
“Hablaba siempre de que de alguna manera se sentía bien recibida, porque al final de cuentas los políticos se dan cuenta de su capacidad y terminan conviviendo con ella. Creo que ese es uno de los logros suyos: la capacidad de convivencia. Ella nunca fue a atacar. De hecho, Condepa nunca fue un movimiento de eliminación ni de exclusión y mucho menos de resentimiento. Fue un movimiento, y además representado por la visión de ella, de unión -como lo dijo en su último discurso- de k’aras, de indígenas, de blancos, de mestizos, para poder conformar una identidad nacional”, asegura.
Cuando Palenque murió, en 1997, Remedios Loza asumió la jefatura y fue designada candidata a las elecciones. Ese fue otro hito que marcó, porque fue la primera vez en que una mujer de pollera postulaba a la presidencia. Entonces también postuló y fue elegida diputada, cargo que ocupó hasta el 2002.
Cuando Condepa se dividió, Remedios no optó por formar su partido y retornó a las artesanías y a los micrófonos. En noviembre de 2018 fue condecorada por la Cámara de Diputados en un acto en el que ella hizo un pedido especial a los legisladores: “Quiero recomendarles: cuiden la democracia. La democracia es la única que nos puede dar el poder para defender nuestros derechos”. Un mes después, falleció.
¿Cuál es su legado político? “Creo que eso de ser pionera. En primera instancia, el llegar al poder no desde las clásicas maneras, porque antes había que ser abogado y como tal te metías a política; pero ella era una mujer que venía de los medios y que, además, venía de un extracto muy popular y eso le abrió puertas a gente como Evo Morales, como Felipe Quispe”, afirma Sayuri.