El sello boliviano entre las mujeres emprendedoras que buscan soluciones en España
Ellas buscan las maneras de conseguir triunfar con algún emprendimiento propio. La entidad Incubadora Con Valores ofrece su ayuda a las migrantes.
Veinte años atrás, Elizabeth Mantilla llegó a España. Cuando ingresó al país europeo estaba llena de ilusiones, tenía una certeza y muchas dudas. Quería un mejor futuro para ella y pensaba que la costura iba a ayudarle... pero siendo mujer y extranjera ¿podría hacerlo?
Consiguió una máquina de coser y con el tiempo logró establecerse en esta tierra que hoy es suya. Sin embargo, aquello no fue fácil, puesto que en un comienzo tropezó con muchos inconvenientes, pero después consiguió asesoramiento para ejercer su trabajo y salir adelante.
Las dudas de Elizabeth son las mismas que acompañan a miles de migrantes que llegan a España, en muchos casos la esperanza de un mejor futuro se hace trizas; en otros, hay finales felices.
Coser sueños
“Comencé a limpiar casas para vivir y mantener a mis tres hijas. Soy madre soltera, pero nunca perdí la ilusión de tener mi propio taller de costura con los precios justos” comenta Elizabeth. Un cliente le dio una máquina de coser como pago y ella pronto le dio uso a la máquina.
En este nuevo emprendimiento su primer trabajo lo consiguió gracias a un aviso del periódico. Al principio le pagaban por prenda realizada, pero después de un tiempo dejaron de cancelarle. Era migrante, no tenía papeles y no pudo reclamar o denunciar a los dueños del taller.
No se quedó atrás y continuó costurando sus ilusiones. Eso sí, sentía que sus derechos eran pisoteados y descubrió la Incubadora Con Valores. “Fui, me presenté y fue lo mejor que me pasó, porque yo sabía lo que quería hacer, pero no sabía cómo hacerlo y allí me ayudaron a reconocer lo que valgo y también el valor de mi trabajo. Ahora me siento empoderada y sé cuánto cobrar por mi trabajo”.
Gracias a su paso por la Incubadora Con Valores se le han abierto varias oportunidades. Trabaja en un proyecto de la ONG Formación Senegal, en el que mujeres con dificultad de acceso al mercado laboral son formadas en costura para luego acceder a un empleo digno.
También, gracias a una alianza con una mentora en el programa de Incubación, ella elabora bolsos con telas falleras que serán vendidos en Amazon Handmade. O sea, ahora ayuda a quienes la necesitan.
Viaje a España
Susana Renjel pasó la barrera de los 40 años y en 2022 su vida cambió de forma radical. Ella, su esposo Diego Daniel Bagur y su pequeña hija Jazmín dejaron Bolivia y fueron a España.
“Emigrar a Europa siempre fue el sueño de mi esposo hasta que finalmente se convirtió en un motor familiar. Durante muchos años lo fuimos postergando hasta que cuando nos convertimos en padres, hace cuatro años, volvimos a retomar este proyecto de vida”, comenta la mujer que en febrero ya obtuvo su tarjeta de residencia.
Radican en Valencia, la cual no es una ciudad más de España, pues en 2022 fue elegida como “la mejor ciudad del mundo para vivir”. Además, como cuenta Renjel, al ser considerada la tercera ciudad de España no es tan costosa para vivir como Madrid o Barcelona. Hay más, tiene una oferta laboral interesante.
En Valencia, Renjel consiguió trabajo en su área: comunicación social. Ella también es conocida por sus interpretaciones musicales, pues estudió en el Conservatorio Plurinacional de Música y ofreció conciertos en la ciudad de La Paz. “Mi expectativa de aquí para adelante es retomar el tema de la música, porque eso también es parte de lo que soy. Quiero seguir cantando con la misma regularidad con la que lo hacía en Bolivia”, indica la artista.
Ella añade que se enamoró de la Incubadora aún antes de ser parte del proyecto. Después que llegó a Valencia, vio un video de la entidad y quiso ser parte de la Incubadora hasta que vio un requerimiento de personal. “Me emocioné mucho y me presenté, pasé el proceso de selección y ahora soy parte de esto. Para mí nada es casual”, indica la cantante.
Ella es parte de esta institución y se encontró con una serie de historias de mujeres migrantes que buscan hacer realidad su sueño americano, pero en suelo español.
“Incubadora Con Valores es la primera incubadora para personas en riesgo de exclusión social apoyada por el mundo empresarial. Hemos creado un modelo innovador con el que estamos siendo capaces de atraer al mundo empresarial para ayudarnos a resolver retos sociales. Nuestros mentores son empresarios, directivos y otros expertos. Con ellos creamos una nueva comunidad que une el mundo social y el empresarial. Acabamos de lanzar una plataforma digital a 15 países, entre ellos Bolivia”, cuenta Susana.
En esta entidad se colabora a personas que están en riesgo de exclusión social, es decir gente que está a un paso de estar en una situación económica muy complicada. En España, las personas en riesgo de exclusión social son unas 12 millones. La población en aquel país es de 47,5 millones.
En la Incubadora Con Valores hay una etapa de formación, mentorización, coaching y validación. Quienes requieran de ayuda deben presentar su proyecto y los mentores son quienes señalan los pasos a seguir para sacar adelante sus proyectos y generarse así sus propios medios de vida.
En medio –y quizás lo más importante, indica Renjel– es que se crea una comunidad de solidaridad y soporte emocional donde los emprendedores hacen familia con personas que están en una situación similar. Se crean sentimientos de pertenencia y también forman una red de contactos.
Historias que suman
Liz Rudon es una boliviana que vive en Valencia hace casi dos años. Ella es ingeniera en sistemas con una especialidad de Project Manager. Trabajó para una empresa importante de telecomunicaciones en la ciudad de La Paz y allí conoció a quien, desde entonces, es su esposo.
Luego de unos años migró a Argentina, país de su esposo, y en aquella patria nacieron sus dos hijas. Durante los más de 20 años que permanecieron allá dejaron los sistemas de lado y comenzaron a trabajar la vena emprendedora que siempre tuvieron, importando una franquicia de una marca española de belleza. Llegaron a conseguir 22 sucursales de esta marca mediante la venta de la franquicia.
Llegó la pandemia y luego la subida del dólar hicieron de Argentina un país diferente, fue entonces que ellos probaron suerte y migraron a España. En marzo de 2021 llegaron a Valencia y Junto con la Incubadora ya tienen un ingreso fijo y un nuevo proyecto de vida lejos de su continente, pero juntos como familia.
Mujeres de diferentes nacionalidades son las beneficiarias de este proyecto. Es el caso de la venezolana Maité Goñi. Ella tiene formación en psicopedagogía, educación y coaching ontológico y desde siempre tuvo fascinación por trabajar con grupos de vulnerabilidad social.
Con su hermana y la ayuda de la Incubadora creó el emprendimiento “El maletín del cuidado del mayor”. Hoy ayudan a quienes están con necesidad de una mano amiga a las personas de la tercera edad y son un soporte emocional.
Elizabeth está ilusionada con quedarse muchos años más en España. Allá consiguió salir adelante con su máquina de coser. Y aprendió a valorar su trabajo, es más, ahora enseña a otras mujeres a seguir un camino como el suyo.
Necesitamos tu apoyo
La mayoría de las noticias que publicamos en nuestra página web son de acceso gratuito. Para mantener ese servicio, necesitamos un grupo de generosos suscriptores que ayuden a financiarlo. Apoyar el periodismo independiente que practicamos es una buena causa. Suscríbete a Página Siete Digital.