Tiene una maestría en puertas y dos presentaciones estos días
Joaquina Revollo apuesta por la sanación desde la música, ella hace rock
Antes de la pandemia, la compositora tenía una vida tranquila; el covid le trajo una nueva perspectiva y ahora su pasión determina cada paso a seguir. Hoy presenta un disco y el 17 dará un concierto.
El destino se le enderezó a Joaquina Revollo Lavayén cuando llegó la pandemia. Hizo el colegio en Oruro, estudió Derecho, ingresó a los medios de comunicación, incursionó en el rock; pero no había apostado por la música como forma de vida. Ahora sí.
Luce ilusionada porque hoy presenta Rastros, la primera canción de su segundo álbum titulado Nada es igual. Además, la tarde del sábado 17 de junio ofrecerá un concierto en el Parque de las Culturas y de la Madre Tierra. Es su prueba de fuego artística.
No descuida sus estudios, está a punto de conseguir una maestría de Musicoterapia en España y en el último tiempo le da vida a su emprendimiento llamado Cultiva Arte y Terapia.
Mundo Derecho
Joaquina nació en la ciudad de La Paz y estudió en Oruro, salió bachiller del Colegio Alemán de la capital del folklore de Bolivia. Uno de los pasos más importantes de su vida fue cuando tuvo que decidir qué carrera seguir en su vida. Hoy, a años de distancia, cree que un bufete o los litigios judiciales no era lo suyo: “Me parece terrible que continuemos obligando, o normalizando, el hecho de que una persona de 17 años tome una decisión tan importante para el resto de su vida, el 90% o más de las personas que conozco han estudiado carreras que no ejercen o que no les satisfacen”, dice la artista que hoy en día está a favor de los años sabáticos, tiempo en el cual un joven podría comenzar a trabajar, descansar o descubrir su vocación.
Joaquina fue acomodándose en la vida e ingresó de a poco en el mundo artístico. En 2010 participó en diferentes obras de teatro musical. Después fue productora y presentadora de televisión. Con la propuesta Walkman, banda de rock, grabó dos discos de estudio. Hoy ya no son equipo, pero ella guarda buenos recuerdos de sus excompañeros.
Sobre las tablas, una de sus apariciones más recordadas fue en el musical El Regreso, de All That Jazz Producciones, en 2018.
Por aquellos años comenzó a trabajar en la Universidad Privada de Bolivia y fue aprendiendo del poder sanador de la música. No podía quejarse porque le iba bien en cada proyecto en el cual intervenía.
Y tuvo más buenas noticias. En marzo de 2019 la Cámara de Senadores valoró su trabajo con estas palabras: “Joaquina Revollo Lavayén, con una voz privilegiada y un estilo especialmente singular, se ha convertido en un referente para la escena teatral y musical de los escenarios bolivianos”. Además, se le entregó un reconocimiento “por su destacada trayectoria como actriz y cantante, combinando elementos de distintos géneros musicales como el blues, rock, jazz y la música electrónica en un lenguaje que transmite un lúdico manejo de sonidos vocales, aportando al desarrollo de la música y la cultura bolivianas”.
Cuando todo iba bien, y parecía acomodarse en un estado de confort para Joaquina, el mundo se quebró con el coronavirus.
Nada es igual
Los días de encierro, la incertidumbre y la avalancha de noticias negativas se convirtieron en una pesadilla. Joaquina comprendió que no podía seguir negándose a lo que bullía dentro suyo y que requería su total atención.
Soplaron vientos de cambio. Tomó una decisión: “Definitivamente tengo que dedicarme a lo que vine a este mundo que es la música y hacer música; ya era hora de que me dé cuenta. Tuvo que llegar una pandemia para demostrarme que de verdad era a lo que tenía que dedicarme a hacer en mi tiempo completo y dejar de ver la música como una actividad paralela a otras actividades y ahora me dedico cien por ciento a esto”.
Después de la pandemia tres palabras cobraron fuerza en la vida de Revollo: “Nada es igual”. Así se llama su nuevo disco.
“Mi nueva propuesta musical comenzó su gestación en el 2020. Lleva ese nombre literalmente porque creo que la pandemia es el punto de inflexión para todos y desde entonces nada es igual. Es un disco que habla de muchos desencuentros, de una etapa en la cual vivimos una época de transición y de transformación”, refiere la artista.
Nueve canciones forman parte de Nada es Igual y viene a formar parte de su mundo artístico solista que comenzó en 2019, con su primera producción llamada como ella, Joaquina. “Ese era un disco de fuego, de arranque; el de ahora es un disco de agua, creo que tiene más profundidad y considero que es un trabajo mucho más maduro, mucho más transparente”, acota la paceña.
El primer corte de esta canción se llama Rastros y estará disponible hoy en las redes sociales de la cantante. Las redes sociales son espacios en los cuales Revollo se siente muy a gusto, ella es bastante activa en Facebook, Instagram y TikTok.
Rastros, comenta la compositora e intérprete, es una especie de brújula que marca aquel lugar por el cual hay que seguir, para dejar de estar perdidos. Algo parecido a lo que ha pasado con su vida, por eso es una canción que la representa.
Este tema y las canciones del disco Joaquina serán parte del concierto que la cantante prepara para el sábado 17, en el Parque de las Culturas y de la Madre Tierra, ubicado en la ex-Estación Central, donde funciona el teleférico Rojo. El evento está previsto realizarse desde las seis de la tarde y se anuncia que no habrá cóver, todo lo interpretado será producción propia.
En esta aventura sobre el escenario acompañan a Joaquina el productor y guitarrista cruceño Jesús Oliva, según Revollo él supo llevar del sueño a la realidad el disco; Adrián Flores, un joven y hábil guitarrista; el multifacético baterista Bernardo Suárez y el bajista creativo Rodrigo Rivero.
La música sana
Ahora que está inmersa de cabeza en la música, Joaquina también está a punto de concluir una maestría en este rubro. “Doy un enfoque diferente con la música que para mí se convierte en una herramienta. La musicoterapia es un área prácticamente inexplorada en Bolivia; sirve mucho para tratar algunas enfermedades, por ejemplo, el Alzheimer”, explica.
Ella sí cree en el poder de sanación de la música. Explica que hay una serie de beneficios colaterales con las melodías. “Mediante recursos y metodologías se puede mejorar la calidad de vida de las personas, también es muy útil para el área educativa y hospitalaria, sobre todo para las personas en etapa de gestación y para neonatos sirve de una maravillosa manera, con bebés que están en etapa de incubadora, etcétera. Es una técnica muy utilizada, de hecho, en otros países el área de musicoterapia está presente en prácticamente todos los hospitales”, añade la compositora que obtendrá la maestría en octubre.
Ella dejó todos sus trabajos colaterales y ahora le da vida a su centro Cultiva Arte y Terapia, que se encuentra en la zona Sur. Se trata de un recinto multinivel que cuenta con una serie de servicios para el público, por ejemplo, hay sesiones de yoga.
En su oficina está su guitarra y un teclado, el espacio libre para hacer yoga luce amplio a mediodía, con el sol entrando por los pliegues de las cortinas. Un póster, con la invitación al evento del día 17, es el recordatorio de que Joaquina está más cerca de dejar su estado de confort y ahora sí va por sus sueños.
Después de todo, Nada es igual.