Las claves del éxito de las empresarias de El Alto que llevan lujo a la Expocruz

Por segundo año consecutivo la ciudad de El Alto está presente en el escaparate comercial.

Gente & Lugares
Ivone Juárez
Por 
La Paz - lunes, 19 de septiembre de 2022 - 5:00

Por segundo año consecutivo la ciudad de El Alto está presente en el escaparate comercial más importante de Bolivia y apuesta por las mujeres. De 28 de sus expositores 18 son empresarias que forjaron sus marcas entre fuerza y sueños. La Alcaldía y entidades privadas reforzaron sus potencialidades.

María Saravia, Isabel Condori y Delina Flores cuentan sus historias y las claves de su éxito:

María Saravia de ZAF Cuero, confecciones en cuero napa

“Mi guía es seguir la moda y diseñar lo que le gusta a la gente, no a mí”

María Saravia nació en Oruro pero a los 13 años quedó huérfana y unos tíos la trajeron a vivir a la ciudad de El Alto, donde aprendió el negocio del cuero. Primero fue vendedora, un ofició que aprendió prácticamente desde niña.

Así conoció a su esposo, con el que hace 25 años inició ZAF Cuero, un emprendimiento en diseño y confección de chamarras y todo tipo prendas de vestir en cuero napa, siempre pendiente de la moda, remarca.

“Para la Expocruz este año innovamos con el aguayo, las prendas están muy lindas y estoy segura que gustarán, porque desde siempre me guió en la moda, en la innovación y en lo que la gente le gusta, no a mí”, afirma la empresaria.

Hoy María cuenta con la tecnología y el Internet, para estar pendiente de la moda. Hace 25 años no era así, pero se daba modos para saber qué buscaba la gente en chamarras, no sólo en Bolivia, sino en el mundo.

Cuenta que la clave era oír a sus clientes, que a veces llegaban desde el extranjero con pedidos específicos. Otros venían con fotos o ideas de chamarras y otras prendas. “Teníamos un cliente que traía catálogos extranjeros y nos mostraba cuál era la tendencia. Nosotros éramos jóvenes y estábamos abiertos, recuerda.

Con esa visión, ZAF Cuero tuvo un gran despegue, al punto que María y su esposo abrieron una tienda en El Alto. Pero llegó la invación de la ropa americana y perdieron el mercado ganado.

“Cerramos la tienda y perdimos mucho porque la inversion en cuero es altísima. Nos dedicamos a arreglar chamarras americanas, no quedaba otra”, cuenta.

“Estuvimos siete años sin producir nuestras propias prendas”, añade la empresaria.

María volvió al mercado con sus prendas en cuero napa pero no volvió a abrir su tienda. “Trabajamos en el taller de la casa, innovando modelos, y distribuimos en la Tumusla”, dice.

La empresaria alteña muestra sus productos en la Expocruz por segunda vez. El año pasado llegó tímidamente a la muestra, pero salió de ella llena de esperanzas y optmismo porque sus ventas sobrepasaron sus expectativas.

“No sabíamos si gustaría el cuero, por el calor que hace en Santa Cruz, pero nos recibieron muy bien. A los extranjeros les gustó el trabajo y a las jóvenes las gorras de cuero que hacemos; la compraban y se las llevaban puestas. Cuando salía de mi pabellón era muy emocionante ver mis gorras andando”, comenta María satisfecha.

“Este año espero ver mis chamarras andando, con la innovación que hicimos con el aguayo. Son prendas de gran calidad con un excelente material, ojalá lleguen al extranjero”, añade.

$!María Saravia

Isabel Condori de Tejido y Punto, prendas en fibra de alpaca

“Comencé con un préstamo de Bs 3.000 que tenía miedo usar”

En 2002 Isabel Condori tenía 20 años y estaba embarazada de su hija Diana Cristina. Su pasatiempo favorito era tejer, hacer ropita para su bebé, pero confiesa que al principio las prendas no se veían muy bien. “Estaba inspirada en mi hija y aunque los diseños no eran tan bonitos me permitían cubrirla... ¡Yo no sabía tejer bien!”, recuerda riendo.

Seguía la carrera de Textiles y procesos en la Escuela Industrial Pedro Domingo Murillo, lo que la impulsaba a seguir adelante con su interés por los tejidos, pero de forma empíricia, remarca la empresaria alteña nacida en la zona 16 de Julio.

Con su pequeña Diana Cristina ya en brazos, su casi hobby se fue convirtiendo en una opción de emprendimiento para sostenerse a ella y su pequeña. En 2005 - recuerda -se vio ante la oportunidad de contar con un capital. Se trataba de un crédito sin interés que le otorgó la ONG Ovades. Lo recibió pero de inmediato quiso devolverlo porque temía no poder pagarlo.

“Eran 3.000 bolivianos y quería devolverlos porque me sentía incapaz de pagarlos, pero el pastor insistió”, cuenta.

“Llevé el dinero, lo guardé, pero pasó que me tentaron, me pidieron 200 chompas. Me animé, usé el dinero e hice las chompas. Repuse la plata y tenía una ganancia. Ahí me di cuenta de lo importante que era tener un capital”, añade.

Isabel Condori comenzó tejiendo con lana acrílica, hoy lo hace con lana de alpaca, una de las fibras más valiosas. Produce vestidos, chompas y ruanas que llegaron a EEUU y otros países. Considera que se debe a que lo que diseña “le gusta a todo el mundo”.

“Sí, a medida que mi hija iba creciendo, la gente se volvía loca cuando la veía con las ropitas que le hacía, ¡se las querían sacar!”, recuerda.

Para 2011 sus diseños ya tenían la marca que llevan hoy, Tejido y punto, y los llevaba por el país a través de ferias; sin embargo, los ingresos que lograba eran insuficientes para criar a su hija. Por eso en 2014 se apartó de su emprendimiento y se dedicó la enseñanza.

“Fue la necesidad, como soy padre y madre para mi hija, tenía que frecerle un mejor futuro. Ese objetivo me llevó a Cochabamba como docente. Dejé todo en El Alto”, cuenta.

Pero Isabel nunca renunció del todo a Tejido y punto, por eso lo retomó en 2017. “Desde entonces me dedique a mi empresa con los dos pies. Comencé a tejer las 24 horas del día y a buscar trabajadoras, sobre todo mujeres jovenes,para apoyarlas. Así comenzó algo maravilloso”, dice.

Llama maravilloso a su trabajo y a sus diseños que hoy están en la vitrina más importante de Bolivia, la Expocruz.

“Es la vitrina más elegante que siempre anhelé. Espero que este año lleguen a la feria los alemanes y japoneses para hacer un contacto directo”, afirma Isabel, que preside Ajayu de los Andes, una asociación de emprendedores a los que colabora y empuja a seguir su mismo camino.

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Delina Flores de D’ René, ropa para niños en lana e hilo

“Arranqué con la banca pequeña; no tenía garantía real,era divorciada”

Delina Flores es una empresaria alteña que por segundo año consecutivo llega a la Expocruz para poner en vitrina su ropa de niños de D’ Rene, una marca que creó insipirada en su hijo.

Realiza diseño y confección de prendas en lana para pequeños desde hace 12 años, pero en sintonía con el mercado que descubrió el año pasado en la Expocruz, este 2021 sus prendas son de hilo fino.

“Mi producto estrella seleccionado para llevar a la Expocruz este año son las chompas para niños. Son modelo exclusivo en hilo delgado, por el clima de Santa Cruz. Llegué emocionada porque el año pasado hicimos una buena presentación de la producción alteña y hoy queremos seguir apostando”, dice.

La empresaria señala que D’ Rene es la forma que tuvo de abrir sus ojos al mundo. Viene de una familia de tradición textilera de la ciudad de El Alto, pero cuando tuvo a su hijo René se lanzó en busca de su propia unidad productiva y de su marca.

“No fue fácil”, afirma.

Recuerda que uno de los primeros escollos que se encontró en su objetivo fue acceder a un crédito para tener un capital de arranque. “Iniciar un emprendimiento es siempre un riesgo. Pero lo más doloroso es pedir un crédito, porque en algunas entidades financieras el crédito a la mujer sola es difícil, me pasó a mí. Decir que tienes esposo significa que tienes mayores posibilidades para pagar”, dice lanzando un suspiro de resignación.

“Yo empecé con una banca pequeña, de grupo, para hacer hsitorial; ahora tengo las puertas abiertas en la banca porque fui responsable. Pero al inicio no fue así porque no contaba con una garantía real, estaba recién divorciada”, añade

Otra dificultad para la empresaria alteña fue posicionar su marca en el mercado nacional, bombardeado de productos extranjeros y de contrabando, además de la ropa americana.

“En Bolivia estamos acostumbrados a buscar otras marcas, incluso nosotros ponemos marcas extranjeras a nuestros productos para tener venta”, comenta.

“Pero supe posicionarme con mi marca D’ René, sobre todo por la calidad que siempre le puse a mi confección, como enseñaron mis padres”, añade.

Delina cuenta orgullosa que hoy muchas personas llegan al punto de venta que tiene en una zona céntrica de la ciudad de La Paz buscando su marca.

“Preguntan por D’ René y eso me satisface. Y es por la calidad y la garantía. Cuando se confecciona una prenda se debe pensar en que sea cómoda, de textura suave, además de diseño innovador”, asegura.

Está convencidad que esas cualidades que imprimen en sus confecciones le servirán para mostrarse a otros mercados a través de la Expocruz.

“La feria es una vitrina al mundo, la oportunidad de hacer transacciones internacionales. La Alcaldía de El Alto, la Universidad Franz Tamayo y otras entidades nos apoyaron para que nos preparemos más en atención al cliente, marketing e incluos marketing digital, algo que nos falta un poco más, pero que nos da más fortaleza que el año pasado”, dice.

Delina Flores es presidenta de la Asociación Aimap Wiñay Waira y secretaria Ejecutiva de la Fermype de El Alto, desde donde - asegura - lucha porque las mujeres emprendodoras alteñas logren más apoyo y ventajas, sobre todo desde el sistema financiero.

“Tenemos grandes fortalezas, apuesten por nosotras porque si crecemos Bolivia también crece”, expresa.

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