Mamá Prima tiene 76 años, pone cariño a sus empanadas, y es un éxito en TikTok
Nació en Cochabamba, vivió en Potosí y soñó ser cantante. El 5 de mayo hizo su primer TikTok y en los primeros tres días ya conquistó 30.000 seguidores. Vive en Santa Cruz y es una querendona de los clientes.
Son las ocho y media de la mañana del jueves 18 de mayo y las empanadas ya están listas para la venta. En poco más de media hora los alumnos saldrán a su primer recreo y Mamá Prima los recibirá con los brazos abiertos. Seguro tienen ansias por devorar sus empanadas de un boliviano.

Se da un tiempo para conversar con Página Siete sobre sus raíces y su pasado reciente. Habla de sus sueños de cantante y de sus comienzos en Santa Cruz de la Sierra. Cuenta todo alegre y de prisa porque después de la entrevista debe atender a su clientela.
De Cochabamba a Llallagua
Prima Pardo nació en la ciudad de Cochabamba hace 76 años. Se fue a Potosí y estuvo casi 40 años en Llallagua. “En ese tiempo cuando era jovencita iba por Sacaca sólo por Carnaval y también sabía hacer cosecha por allá porque mi padre político era de allá. Llallagua es bonita y estaba con mi marido allá, he trabajado con Visión Mundial. Estaba en una pulpería”.
Recuerda que en una travesía de juventud fue hasta la ciudad de La Paz. Se presentó en un concurso musical y sacó el tercer lugar junto con su hermana. “Fuimos a un sello musical, pero no teníamos charanguero ni guitarrero. Nos llamaron a Cochabamba y nos prometieron que íbamos a grabar, pero debíamos quedarnos una semana y no podíamos”, se lamenta la mujer que tenía sueños de cantante. Sin embargo, quedan en su memoria las actuaciones que tuvo en Llallagua, Uncía y Catavi.

En la actualidad, a veces, mientras está friendo las empanadas tararea alguna canción. “El anteaño pasado he ido donde mi hermana a Cochabamba y le he dicho podemos grabar así viejitas; y nos dimos cuenta que ya nos hemos olvidado las letras”, relata.
Un lote de esperanza
Cuando Mamá Prima (así la conocen sus familiares y clientes) dejó los escenarios del norte de Potosí llegó a Santa Cruz de la Sierra. En su valija había poco dinero, demasiadas ganas de trabajar y muchas ambiciones. Recuerda: “Donde yo estoy ahorita era monte. Desde acá hasta el centro de la ciudad era lejos. Tenía miedo de perderme en Santa Cruz y siempre salía con compañía”. Ama el suelo donde vive, “de besar, no he besado a mi lote cuando lo he comprado”, reflexiona.

En esa tierra comenzó a crecer. “Mis hijos eran niños y a ellos les decía hay que trabajar. Salía a vender con mis hijos, costuraba bolsones y mi hijito me ayudaba a vender. Otro iba a vender dulces y así hemos salido adelante”. Se quiebra y cuenta que tiene pena porque lastimosamente sus retoños no lograron sacar una profesión.
Recuerda las opiniones de sus vecinas: “Ellas me decían ‘eres un ejemplo, Mamá Prima, porque solita los has criado y no son viciosos, no son malos, no dañan’”. En la actualidad tiene cuatro hijos y nueve nietos. Siempre que pueden están juntos, alrededor de ella.
De los cotos a las empanadas
Mientras el tiempo avanzaba y aquello que era monte comenzaba a poblarse, Mamá Prima veía que la escuelita de la zona se iba equipando y vendía cotitos, los cuellos de gallina. También ofrecía golosinas a los estudiantes.
Durante un tiempo fue a vender al centro cruceño. Recuerda que esas veces ella ayudaba a sus amigas y les cambiaba los billetes de corte grande por sueltos.
Cuenta que a veces los niños “le hacían dormir” y le burlaban algunos dulces. “Yo los veía corriéndose y no les decía nada, tampoco era harto lo que tomaban”, narra.

Al final llegaron las vacas flacas
“En la pandemia me he enfermado un poco, pero mi hijo me dio medicinas caseras, con alcohol y Mentisan me he sanado. Yo estaba estriñéndome porque en el centro me aguantaba de ir al baño y me he enfermado. Me ha llegado la enfermedad de pancreatitis. Todo lo que me he ahorrado se me ha acabado y ya no tenía platita. Otra vez he llegado a la pobreza”.
En su álbum de recuerdos de la época está ella rodeada de los suyos, y llena de cariño.

Para salir adelante tuvo que mirar un poco atrás y volvió a su casa, a vender en el Módulo Virgen de Guadalupe, que está frente a su casa, en la zona del Cambódromo.
“Sí, se puede vender la empanada a un boliviano, por lo menos para comer hay y para comprarme alguna cosita. Antes no sabía qué cocinar ni qué iba a tomar en el desayuno. Desde que trabajo ya tengo alguito para mí”, relata.
La oferta principal que tiene es la empanada a un boliviano, pero la comida es sólo un pretexto porque Mamá Prima se ha convertido en una aliada de los estudiantes. Hay quienes llegan donde ella y le piden ayuda para hacer alguna manualidad y siempre está presta a darles una mano.
A pesar de su edad, 76 años, ella es ágil y suele ir corriendo allí donde hay un eventual cliente.
@mama.prima Respuesta a @Alex Trump915 Lo hago pensando en mis niños ... y en todos en general 🤗❤️ | #MamáPrima #SC #Bolivia #Mundo ♬ Rock and Roll Session - Canal Records JP
El éxito en TikTok
Su nieto Jhamil Mita cuenta que un día charlaba con Mamá Prima en su casa. “Me dijo que estaba vendiendo empanadas a los chicos del colegio, ella creía que si yo le ayudaba a poner un anuncio de las empanadas podría llegar a más gente. Yo le dije: ‘¿Y por qué no hacemos TikToks?’, me respondió: ‘Claro, yo me animo, pero necesitaría que me ayudes’”. A la semana siguiente comenzaron.
Fue el viernes 5 de mayo cuando lanzaron el primer video en TikTok y en tres días consiguió 30.000 seguidores. Debido a restricciones en TikTok (al colocar un número de teléfono de contacto) la cuenta quedó restringida unos días; aún así sumaron los admiradores de Mamá Prima. En la actualidad hay más de 38.000 seguidores.
Ya dio una entrevista radial y dos canales de televisión la visitaron en su tienda. Se hace conocida en las redes sociales y siempre que puede va contando su diario vivir. En sus videos en TikTok, por ejemplo, se la ve afanada yendo a su entrevista, en otro video muestra cómo ha cambiado la zona donde vive y trabaja. “Aquí en este barrio vivo 28 años cuando la escuelita estaba empezando, dos o tres aulitas había y yo me he puesto a hacer al horno y patitas y me salía rico”, explica en uno de sus videos.
Su video más popular tiene más de 2,3 millones de vistas. En éste cuenta que prepara ofertas a pedido del cliente; hay quienes en vez de empanada prefieren una gelatina de un boliviano y ella está para servirles.
Recién llegó a visitarla una Miss La Paz y le contó que estaba feliz de conocerla. Compró 15 empanadas y se las llevó. Su negocio crece de a poco y hay quienes le compran varias empanadas para sus casas. Además, sus clientes de antes han crecido y le son fieles. “Una señora con su hijito me ha hablado y me ha dicho que no la reconocía, que ella me compraba antes”,
comenta jocosa.
Confiesa que no tiene una familia grande, pero desde los videos se siente mimada y querida en la tierra que la vio crecer. Falta poco para el recreo y Mamá Prima ya se apresta a recibir a sus clientes de guardapolvo. Ella tiene que estar lista para ellos.
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