El estante vacío

Luis Luksic (II)

Para Luksic, el lenguaje de las manos son las acciones físicas de la mano en el vacío antes de simbolizarlas en el diseño del dibujo. Por eso, estima que este lenguaje se parece a la poesía...

Letra Siete
Por 
La Paz - domingo, 12 de marzo de 2023 - 5:00

Mi primer encuentro con la obra de Luis Luksic fue accidental, ya que una tarde de sábado, en la Feria del Aparapita de La Paz adquirí la revista Árbol de escenas, N° 3 y 4, de 1992, del Instituto boliviano de Cultura. El ejemplar estaba dedicado a él o al “mensajero de la destrucción”, como refrenda la portada. Esta casualidad motivó a que consiga otro ejemplar de su autoría, El maravilloso mundo de los títeres (1963), un ensayo destinado al mundo del teatro de títeres y donde lo llamativo es que emerge, en su interior, una interesante serie de dibujos hechos a mano por el poeta potosino. Trazaré un acercamiento a esta obra gráfica dialogando con el ensayo El lenguaje de las manos del mismo autor, que invitaría a reflexionar que el movimiento de la mano en el dibujo es el dominio del mundo circundante.

Luis Luksic aparte de ser escritor es un dibujante. Esta otra afición la despliega en Contado y soñado... visión y escenas de Río de Janeiro (1957), de Oscar Soria Gamarra, donde ilustra seis capturas, en mediana escala, de paisajes y personas de la ciudad carioca, acorde al relato de las crónicas de Soria. Todas están realizadas con marcador negro fino. Luego, en El maravilloso mundo de los títeres, diseña una importante cantidad de ilustraciones con “carácter expresivo” de lo (d)escrito. Cuadros realizados preponderantemente en base a líneas ondulantes de posiciones de la mano, vistos desde varios ángulos. En estas instantáneas, el objeto mano es representado como un órgano distante al conjunto del cuerpo. También, podría señalar que, si excluiríamos las palabras de las hojas del libro, quedaría un tratado artístico del movimiento de la mano en el dibujo.

El movimiento en el dibujo es una fuerza que se genera en el espacio de manera lineal o curva o de forma conjunta. Este movimiento siempre es misterioso, pero en ese desplazamiento enigmático prima la oscilación rítmica semejante a las agitaciones de la danza. El que gobierna esta agitación cadenciosa es la mano, pero es el dibujante es el que funda el centro de gravedad en un plano cualquiera, tal que en este medio delinea la forma deseada o proyectada en un plano o superficie.

En el caso que me ocupa, el ilustrador somete el espacio del dibujo con movimientos ondulantes (ley de la curvatura) y conquista el centro de gravedad desde la línea curva. Muestra un primer grado de visualización del objeto mano o está registrando los detalles del meneo de la mano. En resumen, utiliza el movimiento natural para describir una serie de imágenes eclípticas de la mano.

En esta misma línea, en el compendio gráfico de El maravilloso mundo de los títeres existen muchas imágenes metafóricas de la mano y cada forma tiene un nombre propio. Son designaciones que representan figuraciones: “El equilibrista”, “El cojo bailarín”, “La bella y el bailarín”, “La mujer que se desliza entre las ondas del Agua”, “La mano de los ojos Andarines”. La última nominación es un arte donde está presente el movimiento curvo y contracurvo de la línea.

En este orden visual, el dedo pulgar, el índice y el dedo medio están en un primer plano. El dedo anular y el dedo meñique se asoman con poca visibilidad, por detrás.

Así, “La mano de los ojos Andarines” sería un dibujo poético. Poético porque la mano es un retrato en forma de cuerpo que subordina a muchos ojos. Poético porque la imagen visualmente da lugar a que este diseño se contornee (movimiento). Por eso, tiene los dedos índice y medio graficados hacia abajo simulando ser dos piernas (del andarín). Pero esta lectura incita a entender desde dos ópticas. La primera es una actividad gráfica generada por la composición de todos los dedos de la mano. La segunda es el propio trazo del dibujo, que simula en conjunto estar suspendido en el aire. Ahora, el contorno o continente del bosquejo es la forma de la mano izquierda. Esta imagen da la idea de ser un caminante. Y el contenido está proporcionado por una serie de dibujos en exceso de ojos abiertos con pestañas exuberantes en diferentes tamaños. En esta representación gráfica observo que no son pares de ojos, sino ojos solitarios (ch’ullas) que generan movimientos individualizados.

Desde otro ángulo, el dibujante Luksic monta (para el caso) esta gama de imágenes de ojos sueltos infinitos dentro de una mano andarina como “sucesión de imágenes”. Es el ritmo repetitivo de vistas que invitaría a notar una concatenación de cuadros (de ojos) dentro de otro cuadro (la mano). Por lo cual, tanto el movimiento visual de la mano y el de los ojos puede crear la sensación de una “sobreposición de imágenes”. Este resultado acentúa la posibilidad expresiva de leer múltiples significaciones. Pues, gracias al dibujo, el espectro de bastantes ojos de diferentes dimensiones representa el amplio margen de visualizaciones que se tiene de un espacio visual. Tanto el retrato de la imagen de la mano y de todas las figuras “ojos” que sobrelleva internamente se inscribe como parte de un lenguaje de las manos.

En este sentido, para Luksic el lenguaje de las manos son las acciones físicas de la mano en el vacío antes de simbolizarlas en el diseño del dibujo. Por eso, estima que este lenguaje se parece a la poesía, porque capta imágenes. Imagen-verso. Este proceso visual tiene la importancia de entregar al espectador la posibilidad de transformar la realidad o aproximar a cierto escenario. En efecto, se esboza un personaje que adquiere corporalidad y disfruta de varias miradas y esta personificación está provista de alma.

Gracias al dibujo, Luis Luksic puede ofrecer al lector un matiz de expresiones gráficas que exceden los sentidos. Para esto aplica muy bien el movimiento de la mano generando el lenguaje de la mano. Por un lado, el movimiento de la mano en el vacío plasma o graba una idea-imagen en un plano físico (papel) y este mecanismo representativo es el resultado del dominio del mundo circundante. Por otro lado, el lenguaje de las manos es parecido al poético, es decir consagra imágenes.

“Gracias al dibujo, Luis Luksic puede ofrecer al lector un matiz de expresiones gráficas que exceden los sentidos”.

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