El estante vacío

María Luisa de Alba, traducción y feminismo

La autora potosina rompe la hegemonía de la sociedad patriarcal desde la labor de mujer traductora; de “Sonqoipi T’ikachisqay” fue editado en 1969.

Letra Siete
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La Paz - domingo, 04 de diciembre de 2022 - 5:00

En este artículo se hablará de la praxis de la traducción efectuada por una escritora boliviana en el siglo XX, como una estrategia de visibilización feminista. La autora en cuestión es María Luisa A. de Alba (1905-1989) que posee en su haber el libro Sonqoipi T’ikachisqay (Floreció en mi corazón). Poemas en kichua (sic), volumen que contiene un conjunto de textos literarios convertidos del quechua al castellano y viceversa, tanto en verso como en prosa.

Bolivia es un territorio plurilingüe con un patrimonio apetitoso de lenguas y dialectos para estudiar. De este dominio, el castellano, el aymara, el guaraní y el quechua son las modalidades oficiales, pero, además, existen más de 30 variedades que contribuyen a este acrecentando aforo cultural. María Luisa fue una poeta potosina que desarrolló el quehacer de la traducción en quechua y castellano de piezas literarias tradicionales y las reunió en un galano compendio.

Se trata de Sonqoipi T’ikachisqay editado en 1969, y es parte de la colección Rosicler de la editorial Potosí. La miscelánea incluye piezas escritas en castellano y quechua. En todo caso, es un libro bilingüe que exhibe primero el texto en la modalidad que fue escrito originalmente y a continuación en la página siguiente su versión traducida. La intérprete divide su trabajo en dos grandes apartados. Por un lado, las conversiones al quechua: Himno Nacional de Bolivia, Himno a Potosí, A vuestros pies madre. Por otro lado, las mutaciones al castellano: Mamalita Mamanchejman, Illimani, A la madre india, Potojsi, Rimanin orkoj Pótojsimanta, Prólogo del drama Usca Paucar, Choke apu y Cori tìka.

De la selección de la primera parte del libro reproduzco la inicial estrofa en quechua del Bolivia pachamanta jaillin (Himno nacional de Bolivia): “Bolivianos, kusiy khellpukuña / llautusqa nisqanchej, munasqanchej / khespisqaña, khespisqa, jallp’anchej, / tukusqaña ñak’aipi kasqanta, / Chajwa puris qampi qainakuna, / Auqanaku manchaita t’ojyarin, / Kunan, sumaj kausaiku rijchharin, / Ñujñu jaillipi, munaipi kuska”. Al cambiar la autora de una lengua a otra consolida un diálogo entre dos escrituras y las relaciona armoniosamente. De este encuentro emerge una versión original en quechua. El diálogo es parte de un activismo feminista porque es una re-interpretación desde la posición y sensación de la voz de una mujer (género).

Del mismo grupo, extraigo un fragmento del Potosimanta jaillin (Himno a Potosí): “Kallpa sapa kunasta atipajtin / Noviembrepi ninan k’ajachispa / nitaj, Potosipi qallarispa / khawachin, sonqo sapa kasqanta. / Churisnin phiñaiwan kallpachasqas, / Subieta, Quintana, Millareswan, / mama qochamanta, jina aininwan, / okharinku apuchaspa rimaita”. Al principio manifesté que Bolivia es plurilingüe, entonces esta labor traductora al quechua por parte de Alba es un hecho loable puesto que induce a fomentar el multilingüismo. Ella rompe la hegemonía de la sociedad patriarcal en este tipo de actividades tal que visualiza la labor de la mujer traductora.

En último lugar, dentro de esta diferencia feminista, en el texto A vuestros pies madre, Alba saca a relucir como estrategia la musicalidad que poseen todos los poetas al momento de componer y desde esta vertiente logra este resultado. “Qaillaikiman Mama, / wajcha thaskimun; / phutiymanta atisqa, / llakiymantawan”. Si uno canta esta primera estrofa en quechua notará que la armonía no se extravía ni se aparta del propuesto inicialmente.

En el segundo cuerpo, la traslación del quechua al castellano tiene otro matiz. En A la madre india (Mamalita mamanchejman) duplico un segmento para comentar más adelante: “Resplandeciente se asoma / en su plenitud el día; / es el ‘día de la madre’ / que al corazón da alegría”. El color de la poesía mudada proviene de una re-escritura (Bassnett y Lefevere), ya que, la nueva adaptación tiene identidad propia. No pretende ser (in)fiel al original, sino que se convierte en nueva pieza poética en su idioma por la forma de adaptación. La labor de la traductora proviene de una voz maternal y a esto considero una sublime demostración femenil.

La inquietud de traducir una selección de discursos literarios en esta antología y publicarla es una oportunidad bien aprovechada por la autora, porque aumenta el corpus de la literatura en quechua. Del poema Illimani extraigo un pedazo para que el afable lector lea en voz alta: “Illimani flor de olala, por el cielo eres amada, / en tu velo de celajes, nuestro padre Sol alumbra, / y en tu silueta nevada, la blanca luna deslumbra, / de todos los que te admiran con voz dulce eres nombrada”. Luego, lea el original: “Olala t’ika Illimani, nana pachamanta munaspa, / antawara p’achaikipi Inti Tatanchej k’ancharin, / Killapis wasaikamuspa, uyaikipi rijchharin, / maiquenmantapis munaiwan, misk’i siminpi churasqa”.

En esta parte, confieso que copié la estrofa en castellano y quechua respectivamente para señalar que fonéticamente tienen distintas entonaciones (obvio) y el ejercicio (de leerlos) significa exponer que traducir es una empresa espinosa.

La nueva composición de Alba en castellano persigue el tono del escrito original. Quizás no lo logra, posiblemente sí. Pero, a esta contingencia auditiva, desde su condición de poeta, ella aporta una nueva dimensión morfológica a la traslación en quechua; traducir de esta lengua y aproximarse al tono inicial es sumamente complejo. Y desde un punto de vista feminista ella no se intimida con este desafío y logra sobrellevar esta misión como cualquier otro traductor.

En conclusión, Luisa A. de Alba en Sonqoipi T’ikachisqay muestra su calidad de traductora como un dinamismo feminista. Es una colaboración generosa que fundaría la tradición de traducción feminista en la historiografía literaria nacional, en el siglo XX. Ella interviene y contribuye presentando piezas transformadas en quechua para fomentar el plurilingüismo.

Termino con su versión en kichua: “Wiñaipaj, apuchasqa auqanakus, / pejpachus, atipasqaña ruainin, / may kusiypi, khellpunta qallarin, / Bolivia, kunan sumajpi kaita...”.

“La inquietud de traducir una selección y publicarla es una oportunidad bien aprovechada porque aumenta el corpus de la literatura en quechua”.

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