Contante y sonante

Momentos iniciales

Un instante puede ser la diferencia entre una manera de morir y otra, entre conocer a una persona o no, entre probar un nuevo sabor, sentir un aroma distinto...

Letra Siete
Por 
La Paz - domingo, 07 de mayo de 2023 - 5:00

La patada que le propinó en el centro de su vida le hizo cambiar toda noción sobre el sujeto. Hasta antes de la patada, lo creía una buena persona, un buen líder y hasta un ser inteligente. Después de la patada, todo cambió. Lo empezó a ver como en verdad era, un ser detestable, traicionero, impostor, capaz de cualquier cosa con tal de obtener resultados a su favor, capaz hasta de matar por sus intereses. Una patada lo cambió todo.

Será que por cosas parecidas se diga a veces que las cosas cambian de golpe. Un día, como todos los días de su vida ordenada, a Clarissa le ocurrió algo e quedó de un momento a otro, atrapada en medio de un tiroteo en una calle concurrida de la ciudad vieja, entró a esconderse en una tienda de artesanías, el hombre de la tienda corrió a bajar la cortina de metal pensando en resguardarse porque ya se sabe, dependiendo de los intereses de la policía, o llega en un santiamén o no llega nunca, según el bando de los delincuentes.

Clarissa quedó atrapada en una tienda de artesanías, en medio de una balacera. El hombre de la tienda le pidió, en silencio, que se eche al suelo, por seguridad. Lo propio hizo él. Estaban echados, lado a lado, en el piso y afuera ocurriendo un desastre. Una bala atravesó la cortina de metal y se fue a alojar al fondo, en medio de las chompas. La bala pasó a centímetros de la cabeza de Clarissa, lo que produjo en ella pánico, un miedo atroz que no sentía desde una vieja resistencia a un golpe verdadero, no de ficción, en su bananero país.

La trayectoria de la bala la hizo saltar, su corazón comenzó a latir de prisa, se encontró sin querer y en un segundo, acurrucada al lado del hombre de la tienda, casi encima, temblando. Él la abrazó. Me llamo Saúl, le susurró. Clarissa, susurró ella, temblando aún. Se miraron por un instante eterno. Se acercaron los labios, sin decir ni pio, se besaron. Afuera, una hora más tarde, se escuchaban sirenas de la policía. La tienda no volvió a abrir ese día.

Años después, sola en un departamento de un edificio alejado del centro, mirando al infinito, pensaba que pudo haber sido una historia maravillosa si en medio del amor, ese día, una bala, otra, no hubiera atravesado la cabeza de Saúl.

Un instante puede ser la diferencia entre una manera de morir y otra, entre conocer a una persona o no, entre probar un nuevo sabor, sentir un aroma distinto, encontrar la solución a un viejo problema, un instante, un hecho, un acto, una palabra. Pasa todos los días a nivel personal. En lo colectivo, a no ser que se trate de un cataclismo, de un evento natural, las cosas suelen cambiar en períodos largos, no tan largos a nivel cósmico pero a nivel terrenal, de cientos de años o más. Las sociedades cambian de acuerdo a diversos intereses de los cuales quizás los económicos mandan sobre el resto.

La religión factura y no paga impuestos. Los políticos viven del Estado, lo saquean, inventan leyes e impuestos para que haya de dónde saquear.

El Estado necesita de la miseria para seguir detentando el poder y para ello, tiene que comprar y pagar grandes cantidades oprobiosas a dirigentes de organizaciones, de pobres, a militares panzones mandando y abusando, a pobres, a policías tragones, mandando y abusando, a pobres.

Estas cosas no cambian con un golpe o de un golpe, los golpes de la vida cambian a las personas, a las sociedades las cambian, con el tiempo, las personas libres, críticas, creativas, que han sabido asumir golpe tras golpe, acomodarse a los momentos, hacer elecciones, buenas o males, ante una encrucijada. Ante una patada artera, el jugador, dolido, doblado de dolor, pensó, este mal bicho, ahora protegido, va a recibir la mejor patada del universo, un día, más temprano que tarde.

“Años después, sola en un departamento, mirando al infinito, pensaba que pudo haber sido una historia maravillosa si en medio del amor”.

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