Lorena Rojas Paz / La Paz
El 6 de agosto, el vicepresidente Álvaro García Linera planteó la necesidad de un "ecologismo socialista”, que promueva la protección de naturaleza e incorpore "las necesidades de una parte de esa naturaleza y al ser humano que tiene demandas sociales”. La propuesta no pasó desapercibida y hasta generó polémica y reacciones entre los expertos.
Durante su discurso por los 192 años de independencia de Bolivia, el Vicepresidente se refirió, entre otros detalles, a que en países del sur hay un tipo de "medioambientalismo colonial elitista”, ciego ante problemática social de los pueblos, el cual propone: 1) el fomento de la autoculpabilización ambiental de los países pobres; 2) apoyo a la financiación de la degradación ambiental; y 3) el divorcio entre naturaleza y sociedad, eje en el que, además, se relaciona con una visión del "indígena” como un ser carente de necesidades sociales.
Ante ese "medioambientalismo colonial”, García Linera propuso: "Es imprescindible el surgimiento de un medioambientalismo, de una ecología social, que al tiempo de promover la protección de la naturaleza incorpore también las necesidades de una parte de esa naturaleza, el ser humano que tiene demandas sociales y necesidades humanas, que deben ser satisfechas mediante la transformación de la naturaleza”.
Los expertos opinaron que el Ejecutivo va en contrasentido al planteamiento del "ecologismo socialista”; y propusieron, además, el reto de llevar adelante "formas de producción” sin que éstas sean dañinas con la naturaleza.
"En realidad, él hace lo contrario con esa expresión; por ejemplo, la carretera por el TIPNIS no tiene nada de socialista ni de ecológico. Todo lo contrario: es una carretera capitalista transnacional y destructora del medio ambiente, destructora de los pueblos indígenas”, manifestó Leonardo Tamburini, activista medioambiental.
"La salida es más concreta, más práctica. De lo que se trata es justamente de poder desarrollar formas productivas que no sean tan agresivas con el medioambiente. Lo que está en juego es poder generar formas productivas que no sean tan devastadoras con lo que es la naturaleza”, explicó Sarela Paz, investigadora e integrante del equipo que realizó la evaluación ambiental estratégica del TIPNIS.
Según Tamburini, la "ecología socialista” implica no construir la carretera "porque ello permite que pueblos y sectores sociales sigan coexistiendo de manera armónica en el hábitat que los ha visto nacer, que les proporciona vida, agua y recursos naturales”.
El planteamiento
- Pensamiento "Es imprescindible el surgimiento de un medioambientalismo, de una ecología social, que al tiempo de promover la protección de la naturaleza incorpore también las necesidades de una parte de esa naturaleza, el ser humano que tiene demandas sociales y necesidades humanas, que deben ser satisfechas mediante la transformación de la naturaleza”, dijo el vicepresidente Álvaro García Linera.
- Reacción Después de conocer la propuesta, los expertos y activistas consideraron que se debe desarrollar formas productivas que no sean tan agresivas con la naturaleza.