Rodolfo Eróstegui Torres
Experto en temas laborales
martes , 02 de agosto de 2022 - 04:05

Atando cabos

Despidos injustificados y seguridad jurídica

Muchos empleadores consideran que crear un ambiente de inestabilidad laboral despidiendo con frecuencia a los trabajadores les traerá réditos económicos, pero no, lo que ocurre es precisamente lo contrario.

Estoy en contra de los despidos injustificados que se realizan para ahorrar unos centavos. Detrás de cada trabajador existen más personas que dependen de los ingresos que les proporciona su empleo. Hay hijos que asisten a la escuela, que necesitan médicos y que tienen que ser alimentados tener un techo. La estabilidad laboral es para los trabajadores su seguridad jurídica para cumplir con la familia.

Felizmente son cada vez menos los empleadores que utilizan ese mecanismo arcaico de administración de las relaciones laborales; pero continúan existiendo. Las empresas bien estructuradas, muchas de ellas vinculadas a la inversión extranjera, prefieren los trabajadores estables porque así ellos pueden contar con ellos en los planes futuros.

Cuando los trabajadores se sienten seguros en la empresa se crea un ambiente agradable y se colaboran entre ellos y todos en conjunto lo hacen con la empresa. También permite implementar procesos de capacitación, que les da réditos en el mediano y largo plazo. A su vez los clientes al encontrarse siempre con la misma persona que los atiende, sienten que ingresan a un ambiente de confianza. Se podrían dar muchos ejemplos con los que se benefician las empresas. En otras palabras la estabilidad laboral les permite ingresar en el círculo de ganar – ganar.

En las pequeñas empresas, es otro cantar, sobre todo en las vinculadas al sector informal. Este segmento empresarial es intensivo en mano de obra a diferencias de las grandes. Pero lejos de crear un ambiente de sinergias productivas, hacen todo lo contrario. Aprovechan a los trabajadores recién ingresados y los mantienen un tiempo y los despiden para luego contratar un nuevo trabajador con el mismo salario que el que fue despedido. Cada que despiden un trabajador o grupo de trabajadores, la productividad baja y lentamente vuelve a subir y cuando por fin los trabajadores están trabajando eficientemente, los despiden. Así entran en un círculo de la ineficiencia que no les permite crecer.

Como la mayoría de los trabajadores asalariados están vinculados a las empresas pequeñas, se crea la sensación que todos los trabajadores, incluyendo a los de las grandes, viven en un marco de relaciones laborales de inseguridad jurídica. A partir de esta percepción, que se une a una corriente de pensamiento anti – empresa, se crea un malestar social y predispone a todos los trabajadores a estar en apronte contra los empleadores.

Es aceptable que los ciudadanos y trabajadores de a pie tengan una percepción negativa, aunque no la compartamos, pero de ahí a que las autoridades piensen de la misma manera y formulen políticas generales que afectan la relación laboral no es lo correcto, pues con ello se está afectando el desarrollo empresarial e impiden que los empresarios contraten más trabajadores.

La mayoría de las más de 120 disposiciones que han sido aprobadas desde el año 2006 estén orientadas a no permitir que los empleadores puedan despedir en los marcos del artículo 16 de la Ley General del Trabajo. En este momento los trabajadores son algo parecido a un propietario del puesto de trabajo. Pero además los empleadores reciben permanentemente la visita de los inspectores, lo cual está bien, pero cuando estas visitas tienen la finalidad de buscar, hasta debajo de las piedras, fallas o infracciones a la ley o a la seguridad ocupacional y multan en exceso, parece que no está bien.

Aquí no se trata de aprobar más leyes de protección laboral, no se trata de que los inspectores y jueces laborales ordenen la reincorporación a su puesto de trabajo y multar al empleador. De lo que se trata es de crear una cultura de estabilidad basada en la percepción de que la misma trae beneficios en productividad y de paz social en la empresa y en el país. Esta cultura se debe basar en la seguridad jurídica del empleo.

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cada trabajador existen más personas que dependen de los ingresos que les proporciona su empleo
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