El dólar blue boliviano
Apareció el dólar blue boliviano. Llegó la devaluación, si bien no de jure sí de facto. No otra cosa significa que, de acuerdo a relatos de prensa al diez de marzo del presente año, el dólar se venda en el mercado informal hasta 28 centavos de boliviano más que el tipo de cambio oficial (TCO) de 6,96. En instituciones financieras entre tanto es difícil o imposible comprar dólares, y en otros casos, para, por ejemplo, giros al exterior, sólo se pueden obtenerlos con lo que resulta ser el equivalente de un sobreprecio al TCO de alrededor de 32 centavos por la abultada comisión que cobran por el servicio, resultado directo de la escasez de dólares.
El gobierno podrá decir que no se ha cambiado el TCO, por tanto, no habría devaluación, pero el hecho es que ya hay un mercado paralelo donde el dólar se cotiza a un mayor precio que el TCO. El gobierno tiene la idea correcta al vender dólares al TCO por medio del BCB a todo aquel que los demande, sin embargo, la venta se limita a montos pequeños a personas naturales. Está claro que, por ahora, esta medida no es suficiente.
Cuando no hay suficiente cantidad de un bien, y no se quiere recurrir al mercado para que éste establezca un precio que iguale la demanda con la oferta, se utiliza el racionamiento. Es eso lo que ha ocurrido con el dólar. Siempre que hay racionamiento de algún bien surge un mercado paralelo, conocido popularmente como negro, donde rige, precisamente, el precio de mercado. Con el dólar éste ya es un hecho.
Las razones estructurales del por qué se ha dado esta coyuntura podremos analizar en otra oportunidad. El hecho es que de más de $us 15 mil millones de reservas internacionales netas el 2014, éstas han bajado a menos de $us 4 mil millones al presente, de las cuales sólo menos de 400 millones son dólares, siendo la mayor parte del resto lingotes de oro los cuales no se pueden repartir a la población ni, aparentemente, convertir a dólares sin la aprobación de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
La estabilidad económica de la que tanto se jacta el gobierno del MAS tenía como pilar un tipo de cambio fijo (TCF). Éste permitía mantener una inflación baja (además de las subvenciones, principalmente a los hidrocarburos). A su vez, el TCF dependía de un respaldo en dólares en posesión del BCB que era percibido por los actores económicos como suficientes para asegurar que éstos podrían obtener dólares al TCO sin restricciones de montos o tiempos. Perdida esa percepción, sea o no racional esa pérdida, se suscita una demanda de dólares mayor a la capacidad del gobierno, a través del BCB, de cubrirla.
Por tanto, lo que el gobierno enfrenta es una corrida, pero no una corrida bancaria sino una corrida de dólares. La única manera de parar una corrida bancaria es devolviendo al que lo requiera los depósitos que tengan en su institución financiera, sin restricción alguna. Solamente cuando los depositantes se convenzan de que pueden retirar su dinero en la cantidad y en el momento que quieran se habrá parado la corrida. De igual modo, si el gobierno quiere sostener un TCF, tendrá que poder vender dólares al TCO sin ninguna restricción de monto o de tiempo para poder convencer a los agentes económicos demandantes de dólares que en efecto los pueden obtener. Sólo cuando estos estén convencidos de ello dejará de haber una demanda más allá de sus necesidades inmediatas, o sea, no habrá una demanda basada en el temor de que pierdan poder adquisitivo por la devaluación del boliviano si no compran dólares, o una demanda especulativa que apueste al aumento de su valor. Solamente entonces es que no habrá una corrida del dólar. Para lograr eso el gobierno necesita una cantidad suficiente de dólares, ¿será que los pueda conseguir y revertir la situación crítica que amenaza todo su esquema económico?
tanto, lo que el gobierno enfrenta es una corrida, pero no una corrida bancaria sino una corrida de dólares
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