
Ágape
En defensa del Madidi
Este mes el público boliviano tuvo en sus cines una película que recalcó una de las realidades incómodas que el gobierno no quiere reconocer: El tráfico de vida silvestre en Bolivia. “Tigre gente”, una película que expone la caza y tráfico de jaguares en el Parque Nacional Madidi, muestra claramente la facilidad con la que se lucra en esta actividad ilegal en nuestro país y la influencia e impunidad del mercado de China en este proceso. El abuso y explotación del Madidi es un secreto a voces desde hace años, pero estamos en un momento crítico para lograr un freno a este lucro: Casi al mismo tiempo que se aprobó una ley del oro que refuerza la minería ilegal y la destrucción que conlleva en esta zona, también se dio un fallo (sorpresivo) que ordena su protección con personal militar. En consecuencia, el Madidi es el campo de batalla que refleja la tensión y dicotomía entre la crisis económica que el gobierno actual quiere evitar a base de extractivismo, y la lucha en defensa del medio ambiente de una ciudadanía que quiere defender sus bosques.
Este 18 de mayo el juzgado agroambiental de Viacha emitió un fallo histórico a raíz de la invasión y explotación minera en la zona, estableciendo el apoyo de las Fuerzas Armadas para la protección de este parque. Esto puede entenderse como un paso positivo en la defensa del medio ambiente, y en cierta forma lo es y se debe aplaudir la valentía del juez del caso, dado que hay tantos intereses económicos de por medio, pero debemos recordar que es deber del estado proteger nuestras áreas naturales antes de llegar al punto de destrucción en el que se encuentra el Madidi ahora. Que las autoridades obedezcan la Constitución Política del Estado no debería ser motivo de sorpresa para nosotros sino la norma, y deberíamos exigir esto ahora y siempre.
No está de más recalcar el valor y la importancia del parque nacional Madidi: Esta área de más de 18 mil kilómetros cuadrados es considerada por estudiosos como el área más biodiversa del mundo. Hay más de 8 mil especies habitando esta zona donde los Andes y la Amazonía se encuentran, y regularmente científicos descubren nuevas especies no conocidas en la zona. Tomando en cuenta que Bolivia ya enfrenta numerosas crisis medioambientales repetitivas (entre sequías e incendios), la protección del Madidi y lo que nos queda de nuestras áreas protegidas debería ser prioridad.
Los daños provocados por la minería ilegal en el Madidi también han sido documentados y expuestos. Investigaciones de instituciones reconocidas a nivel nacional como el CEDIB y la Universidad de Cartagena en Colombia demostraron que habitantes indígenas de esta área, en su mayoría, tiene en promedio siete veces más de lo permitido de mercurio en la sangre, una clara consecuencia del uso de este elemento químico en la minería “artesanal” (que pese al nombre, es hecha en extensas cantidades) en los ríos de este parque. Otras denuncias de grupos medioambientales indican que en los últimos dos años se reportaron ocho puntos de explotación ilegal de oro en ese sector. Líderes indígenas de la zona han denunciado hostigamiento y persecución por oponerse a la actividad minera, y de igual forma hay reportes de asociaciones directas entre la provisión de maquinaria para esta actividad y grupos narcotraficantes, además de tráfico humano para trabajo sexual en estas áreas mineras. Por donde se lo mire, el Parque Nacional Madidi es probablemente junto al Chapare, la zona donde los grupos que ejecutan actividades ilícitas actúan con mayor impunidad en el país. Esto es un mayor motivo para protegerlo hoy.
Ante la crisis económica actual debe ser más evidente que la protección del medioambiente en Bolivia está intrínsecamente ligada a la protección de la democracia y el estado de derecho. Proteger la intangibilidad del Madidi también implica rechazar a las mismas mafias de tráfico de drogas, mercurio, animales silvestres y hasta personas que enriquecen a las estructuras corruptas que sostienen el autoritarismo en el país. De igual forma, bajo un gobierno que ha abusado la constitución incontables veces, debemos apoyar de forma firme a las pocas acciones que actúan de acuerdo a nuestra carta magna. Desde Ríos de Pie, movimiento del que soy parte, estaremos atentos a ver si el fallo que determina la protección de esta área natural se cumple. Estamos convencidos de que la protección del medioambiente en el país hoy es tan importante e inseparable a continuar exigiendo respeto a los derechos humanos de todos los ciudadanos bolivianos.
más evidente que la protección del medioambiente en Bolivia está intrínsecamente ligada a la protección de la democracia
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