Goles

La euforia desatada por el último Mundial de Fútbol en Qatar, con su finalísima entre Argentina y Francia, continua más allá del encuentro, que fue algo épico y muy digno de una gran final. Empatar aun en la prórroga y llegar a la lotería de los penales, sin duda, muestran un encuentro que prácticamente se definió hasta los últimos segundos. Para no olvidarlo por mucho tiempo y, además, ya entra en la estadística como el tercer final mundialista decidido por penales; los anteriores habían sido Brasil – Italia (1994) y luego Italia – Francia (2006).

Agreguemos que Mbappe se lució convirtiendo 3 tantos en plena final, siendo el segundo jugador luego de Geoff Hurst, el inglés que en la final de 1966 también la había hecho tres a Alemania.

Por cierto, el mundo de las estadísticas futboleras sigue creciendo, haciendo notar logros impresionantes, convirtiendo en leyendas a varios jugadores, enalteciendo a naciones y equipos por acciones singulares y/o épicas dentro de ese rectángulo verde en el que se defienden honores , reivindican orgullos, se implantan supremacías y se camina hacia la gloria.

Las redes sociales se han llenado de datos diversos, llamativos, altisonantes y algunos risueños, para hacer notar al resto del mundo quiénes son los mejores, quiénes los elegidos o, quiénes los nuevos reyes de este popular deporte.

Asi se afirma que el capitán argentino es ya una leyenda con 13 goles en su haber, uno más que su archirrival Mbappe. No se puede negar la diferencia que marca el rosarino en su selección. Son 13 dianas, en 5 mundiales y en 26 partidos .

Habrá que recordar al brasileño Ronaldo que en 3 mundiales totalizó 15 goles. El alemán Miroslav Klose en 4 mundiales totalizó 16 anotaciones. Y para no olvidar a Gerd Muller, que en 2 mundiales celebró 14 dianas.

Es que a la hora de endiosar a un jugador, es comprensible hacer notar los mínimos detalles para demostrar al mundo que nuestros héroes deportivos son los mejores. Y asi se arma la polémica y discusión permanente entre periodistas y analistas deportivos y, ni qué decir, entre la fanaticada que, hoy en día, gracias a las redes sociales, no dubita en tratar de imponer sus puntos de vista a rajatabla.

Así, si Pelé ganó tres copas, Maradona hizo el mejor gol de la historia frente a los Ingleses, Di Stefano, aún sin mundiales, fue el mejor para muchos y para otros el más habilidoso, por ende, el más grande, sería Ronaldinho Gaucho, pero también por ahí asoma el gran Johan Cruyff, el memorable Zinedine Zidane y el más actual, el luso Cristiano Ronaldo. Y ahora, con este último Mundial ganado, Messi entra ya en la discusión eterna, que seguramente en el planeta fútbol durará muchos siglos.

Líneas arriba hemos mencionado nombres inevitables e inolvidables en la mente de fanáticos de mediana edad, que se precien de saber algo de fútbol. Obviamente la fanaticada muy joven recién comienza a cobrar conciencia en éste último mundial de Qatar o acaso en el anterior de Rusia y los aficionados de mayor edad (grandes, se les dice en varios países) recordarán con nostalgia otros nombres y otros logros.

Así, un francés nacido en Marruecos (cuando era colonia francesa) llegó al Stade de Reims en 1956 en reemplazo de Raymond Kopa, quien se iba al Real Madrid.

En Francia el hombre marcó 164 goles en 200 partidos de primera división. Su consagración fue el torneo de Suecia (1958), Mundial al que llegó con botines rotos obligándose a pedir prestados botines de un suplente. En este Mundial, él marcó 13 goles. Trece goles en un solo mundial. Trece goles en siete encuentros, marcando en todos y sin ningún penal a favor. Su nombre JUST FONTAINE, el francés que sigue esperando que algún osado rompa su tremendo récord. Para no olvidarlo.