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La coca nostra
Un reo brasileño escapa dos veces de cárceles de máxima seguridad de Bolivia, varios brasileños son asesinados en Bolivia por ajuste de cuentas del narcotráfico, muchos de ellos son del cartel Primer Comando Capital. Cada semana la DEA en Paraguay captura avionetas provenientes de Bolivia llenas de cocaína. La fracción masista de Morales acusa al Presidente de proteger al narcotráfico; éste acusa a Morales de haberlo hecho.
¿La hoja de coca se utiliza solamente para el acullico y para fines tradicionales? Hace años nos engañamos diciendo eso, hace décadas miramos hacia otro lado para no ver la realidad, para no aceptar que la coca es para fabricar pasta base y clorhidrato de cocaína. ¿Por qué olvidamos que en el inicio de los años 80 el Estado fue capturado por los negocios ilícitos? ¿Por qué cerramos los ojos a la historia y no admitimos que la coca penetró en la política en esos años? ¿Por qué no aceptamos que el Estado casi nunca tuvo vigencia en el Chapare debido a la presencia del narcotráfico? ¿Por qué ocultamos que el Chapare sigue siendo un lugar donde el Estado no tiene presencia? ¿Por qué ocultamos que hay una dictadura cocalera? ¿Podemos negar que los cocaleros son el gran poder actual? ¿Lo son por el acullico o por su cercanía a lo ilícito? ¿Esos poderosos pagan impuestos acordes a su actividad? ¿Acaso algunas de sus dirigentas no fueron halladas in fraganti en la comercialización de cocaína? ¿Acaso se aclararon los asesinatos de policías de hace una década atrás? Hay un manto de impunidad que los cubre, con un Estado que mira hacia otro lado. Pero, no cerremos los ojos, el Chapare es la sede del MAS y es el núcleo del poder político en Bolivia.
Durante mucho tiempo se postuló que Bolivia solamente era país productor de hoja de coca y que solo, de vez en vez, era de tránsito para la pasta base o la cocaína proveniente de Perú. ¿Hoy podemos seguir insistiendo en esa idea? Lamentablemente no, cada vez más Bolivia es un país productor de pasta base y de clorhidrato de cocaína, ya no somos únicamente una nación de tránsito, nos hemos convertido en una un país productor de cocaína. ¿Podemos jurar que no se produce pasta base y clorhidrato en Santa Cruz, Chapare, Yapacaní, Beni, La Paz, cuando en esos lugares, la policía encuentra cada vez más factorías dedicadas al negocio ilícito? ¿Podemos decir que no hay producción ilícita en los Yungas, cuando también ahí las incautaciones aumentan cada vez más, cuando los cítricos han desaparecido de esa geografía? Y no es que la policía sea más eficaz, sino simplemente que por el aumento del volumen de la producción de pasta base y de clorhidrato se puede hallar más productos de esa naturaleza. ¿Y cómo anda el Alto, no se halla ahí cada vez más negocios de producción de pasta base y de cocaína? Y no se olvide que en El Alto no hay Estado, por tanto, es un lugar ideal para que los narcotraficantes lo utilicen para la producción ilícita. ¿Hay santidad en muchas comunidades que abiertamente han peleado contra la policía para proteger a los narcotraficantes?
Hace años en el Chapare murieron policías y nunca el Estado tuvo capacidad de aclarar nada. La falta de Estado y la producción de lo ilícito lo impide. Hace décadas que eso no ha cambiado, antes bien, el Chapare es más “soberano” que antes, es el lugar privilegiado del poder, ahí la policía no puede actuar, esa es una geografía donde el Estado no tiene presencia o, más grave que eso, ahí está el núcleo del Estado.
No se produce coca por ideales de inclusión social, se lo hace porque es un negocio lucrativo por estar cerca de lo ilícito. ¿Cuándo vimos ciudades como Cobija o Santa Cruz donde cada semana hay ajustes de cuentas hechos por los narcotraficantes; ciudades donde lo cotidiano comienza a ser la violencia propiciada por el narcotráfico? No debemos cerrar los ojos a estos problemas, no podemos engañarnos con el cuento de la hoja sagrada. El Estado no debe ser tan permisivo en el tema coca, pues de ese modo, consciente o inconscientemente, está abriendo las puertas para que el narcotráfico domine Bolivia. Y como lo saben por experiencia propia, México y San Pablo, cuando eso sucede, el narcotráfico es difícil de controlar.
no cerremos los ojos, el Chapare es la sede del MAS y es el núcleo del poder político en Bolivia
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