Carmen Delicia Bocángel
Comunicadora social
jueves , 16 de marzo de 2023 - 04:03

La década de Francisco

Diez años de Jorge Bergoglio al mando de la Iglesia Católica han producido reformas en temas administrativos, económicos, diplomáticos, pastorales que han generado apoyos manifiestos y duras críticas.

Los pontificados de los papas del último siglo (en especial) han tenido delante retos nada sencillos, solo como referencia la situación del papa Pío XII criticado por tener una actitud demasiado pasiva ante Hitler o el papa Juan XXIII que quiso renovar la Iglesia por dentro convocando al Concilio Vaticano II y como respuesta un duro enfrentamiento entre las distintas facciones eclesiásticas.

Algo más reciente del siglo XXI con Benedicto XVI que tuvo que enfrentarse al creciente escándalo de abusos sexuales en la Iglesia católica y una crisis interna en el Vaticano con la filtración de una serie de documentos secretos que involucraban oficinas de la Santa Sede en eventos de corrupción.

Hoy la gestión de Francisco al frente de la Iglesia Católica se enfoca en una reforma profunda de la Iglesia, quizás con la legítima preocupación de cerrar temas que dejaron pendientes sus predecesores o al menos intentar dar una respuesta más acorde a los desafíos del mundo actual. Al interior del Vaticano implementó reformas que permiten descentralizar el poder de la curia y abrir espacios a mujeres y laicos, tolerancia cero a los abusos de clérigos hacia menores y mayor transparencia en el manejo de la economía.

Hacia fuera, mostrar una iglesia más cercana a la gente, con mayor preocupación por el cuidado ecológico y mayor escucha a las nuevas interpelaciones que el mundo actual presenta; una iglesia que condene menos y abra las puertas a personas divorciadas, mujeres que practicaron un aborto además de pedir acogida y aprecio por la comunidad homosexual.

Pero no todas estas decisiones son recibidas con agrado dentro y fuera de los muros del Vaticano ya que han generado contradicción y críticas en grupos de cardenales y obispos quienes en diferentes momentos han hecho pública su inconformidad y aunque no haya introducido cambios de fondo en la doctrina, las expresiones públicas y decisiones pastorales también han despertado una resistencia sobre todo en grupos tradicionales dentro de la Iglesia que cuestionan el nuevo estilo del pontífice.

Ahora lo inmediato es el proceso sinodal que conlleva a la sinodalidad de la Iglesia, un proceso por el cual se escuche a todos los miembros y actores que componen la iglesia en torno a tres conceptos: comunión, participación y misión.

Esta es una gran apuesta del papa Francisco porque configurará el modo de hacer de la iglesia en este nuevo contexto de mundo global.

En un periodo relativamente corto las actitudes, palabras y gestos de Jorge Bergoglio han dado una nueva cara a la iglesia provocando en muchos fieles nuevas esperanzas, expectativas, curiosidad y novedad y del otro lado mayores embates y presiones por la misma razón. Cierro con la afirmación del columnista del New York Times, Ross Douthat: “no criticar a Francisco es menospreciar su importancia, es no hacerle justicia a la amplitud de sus ambiciones y propósitos, su significado histórico real, su claro posicionamiento como la figura religiosa más importante de nuestros tiempos”.

Al interior
del Vaticano implementó reformas que permiten descentralizar el poder de la curia y abrir espacios a mujeres y laicos
AVISO IMPORTANTE: Cualquier comunicación que tenga Página Siete con sus lectores será iniciada de un correo oficial de @paginasiete.bo; otro tipo de mensajes con distintos correos pueden ser fraudulentos.
En caso de recibir estos mensajes dudosos, se sugiere no hacer click en ningún enlace sin verificar su origen.
Para más información puede contactarnos

NOTICIAS RELACIONADAS

NOTICIAS PARA TI

OTRAS NOTICIAS