
La FUL, Álvaro Quelali y crisis de gobernabilidad en la UMSA
En noviembre del 2021, a propósito de la ocupación del Monoblock por estudiantes que exigían atención a la impugnación que hicieron al proceso electoral de la FUL por considerar que hubo fraude, se propuso públicamente la realización de una auditoría especial que resolviera ese conflicto. El señor rector emitió una resolución rectoral instruyendo la realización de una auditoría especial, lo que permitió levantar la medida pero, enseguida, promovió una resolución de HCU para que la auditoría la realice el señor Max Mendoza, de la Confederación Universitaria Boliviana, que es la que habría acreditado a la FUL observada sin tener competencia para ello y menos para hacer auditorías, según el propio estatuto orgánico de la CUB; lo hizo consciente de que nunca llegaría ni llegará resultados de la supuesta auditoría.
Ese engaño provocó una nueva ocupación estudiantil del Monoblock que pudo suspenderse gracias a la resolución de HCU 254/2022 que acepta tres puntos del petitorio de los estudiantes para realizar una auditoria especial externa inmediata al proceso electoral de la FUL y dejar en suspenso la acreditación de la FUL hasta que lleguen los resultados de la misma, quedando impedida de realizar toda actividad y recibir recursos económicos que, obviamente, quedaban congelados. Infelizmente, el señor rector no ejecutó la resolución hasta la fecha, permitiendo que la FUL impugnada siga en funciones, ocupe oficinas y disponga de recursos económicos de los estudiantes y del IDH.
El incumplimiento de la resolución 254 ocasionó que los estudiantes burlados y perseguidos acudieran a los estratos judiciales hasta lograr la aprehensión del universitario Quelali que seguía participando junto a las autoridades en eventos oficiales y que asistiendo a conferencias de universidades con el señor rector y el presidente de la Federación de Docentes.
La FUL dispone de varios millones de bolivianos que se le permite seguir gastando en la presente gestión.
En estas circunstancias, la reclusión del señor Quelali provoca trastornos en el cogobierno, según un comunicado de la señora vicerrectora, María Eugenia García, en el que EXIGE no llevar a cabo las sesiones del Comité Ejecutivo del Honorable Consejo Universitario “mientras no se tenga una representación estudiantil legítima”; y anuncia: “No trabajaremos con estudiantes elegidos arbitrariamente ni impuestos por ninguna autoridad”, en alusión al señor rector.
Recordando que la ilegitimidad y arbitrariedad con que se mantiene a la FUL en HCU desde noviembre, es de esperar que la señora vicerrectora tampoco participe del Honorable Consejo Universitario y promueva en esa instancia que se resuelva el dilema de mantener la representación de la FUL cuestionada y con su primer ejecutivo detenido, o cumplir la resolución de HCU 254/2022 a fin de evitar que se profundice la ingobernabilidad extrema instalada a partir del enfrentamiento grotesco y público entre las dos autoridades principales.
La crisis de la FUL no es competencia privativa del estamento estudiantil, como señala sistemática y sospechosamente el señor rector, para no intervenir en un asunto que ya rebasó los límites institucionales. Al ser recursos públicos los que recibe del IDH la UMSA para la FUL, la situación que enfrenta el universitario Quelali no es de responsabilidad “intuito personae”.
Para evitar que el fenómeno FUL-Quelali de origen a mayores especulaciones y cause daño a la UMSA y sus miembros, el señor rector debe brindar a la población universitaria la información exacta sobre este caso, haciendo público el presupuesto de la FUL en los cinco últimos años por aportes estudiantiles y el IDH, las ejecuciones presupuestarias, las resoluciones de aprobación de cada proyecto FUL, la documentación de los procesos de contratación y compra de servicios y los descargos realizados en cada caso. Solo así se demostrará la transparencia reiteradamente manifestada por el señor rector y retornará la confianza de los docentes, estudiantes y trabajadores administrativos que conoceremos la verdad.
La solución a gran parte los conflictos del sector estudiantil, que contribuiría a restituir la gobernabilidad deteriorada severamente, pasa por dar cumplimiento a la Resolución de HCU 254/2022 que fue posible lograr gracias al sentimiento institucionalista de decanos y docentes en el HCU. Si eso no ocurre, permanecerá latente el conflicto estudiantil con el riesgo de una mayor crisis impredecible para la UMSA.
Rector debe brindar a la población universitaria la información exacta sobre este caso, haciendo público el presupuesto de la FUL
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