
Lucha contra el contrabando es tarea de todos
El contrabando mueve aproximadamente 3.600 millones de dólares al año, se estima un 8% del PIB. El índice de precios es bajo en Bolivia, aproximadamente un 3% por el contrabando y el peso boliviano fuerte.
De acuerdo a normas nacionales vigentes, si una comunidad rural o pueblo denuncia la ilícita actividad del contrabando recibirá el 40% de la mercadería decomisada y el municipio donde se descubra el delito será beneficiado con un 10% de la mercancía de contrabando. Y, si el denunciante es una persona, recibirá el 20% de la mercancía comisada, a la conclusión del proceso, de forma gratuita y sin pagar tributo alguno.
Esta disposición orientada a contar con la población –especialmente la asentada en las zonas fronterizas- para que denuncie el paso del contrabando, no da los resultados esperados.
Lo único evidente es que gobierno y empresarios debemos encontrar una fórmula para que la población sea parte de la lucha contra el contrabando, por los perjuicios que causa a la economía en general y a las personas en particular.
No olvidemos que el contrabando no solo quita recursos al Estado porque no paga los aranceles previstos, también provoca el cierre de empresas, con el consecuente aumento del desempleo y, lo más peligroso, pone en el mercado productos sin control alguno que pueden ser de poca calidad o, peor aún, dañinos para la salud.
Estimaciones del sector privado señalan que antes del coronavirus el contrabando representaba alrededor de 3.000 millones de dólares y que pasada la pandemia subió a unos 3.600 millones de dólares.
La Cámara Nacional de Comercio identificó tres grandes grupos de contrabando en el país. El primero es el dedicado a los automotores; el segundo se dedica a la internación de los alimentos y bebidas; y el tercero trae los medicamentos.
El editorial de El Deber de Santa Cruz dice “hay un problema serio en la economía boliviana en el que el Gobierno nacional prefiere taparse los ojos, los oídos y la boca, como el emoji del monito del WhatsApp, ese es el contrabando: Bolivia está viviendo probablemente la era de mayor contrabando de toda su historia por varios factores, entre ellos la permisividad con sectores de comerciantes que se dedican a ese oficio con quienes se tiene afinidad política, y el tipo de cambio fijo en Bolivia que favorece la introducción de productos de países vecinos a precios inferiores”.
La magnitud del contrabando la podemos apreciar mejor con ejemplos. Así, el contrabando de solo detergente en polvo podría superar los 50 millones de dólares, y en el caso del llamado grupo de la línea negra (televisores, laptop equipos de sonido) podría superar los 500 millones de dólares, monto similar se destina al contrabando de alimentos y bebidas.
El Viceministerio de Lucha contra el Contrabando es muy gráfico cuando afirma que los contrabandistas se desplazan en caravanas de hasta 40 camiones por pasos ilegales, cuentan con telefonía satelital, comunicación de última generación y armamento de guerra.
En la página web de la Aduana Nacional se recuerda que las primeras aduanas con las que nace la república son las de Guayaramerín, Potosí, La Paz y Puerto La Mar o Cobija, como oficinas dependientes del Ministerio de Hacienda. Sólo en los primeros dos años de vida independiente, el fisco recaudaba más de cuatro millones de dólares por la importación de diferentes productos. Pero, se consideraba que un poco menos de la mitad se la llevaba el contrabando.
Combatir este flagelo no solo es responsabilidad del Gobierno. En esta tarea debemos participar todos los bolivianos. No nos dejemos deslumbrar por un aparente precio bajo del producto, porque así estamos matando a la industria nacional y dejando sin trabajo a muchos bolivianos.
empresarios debemos encontrar una fórmula para que la población sea parte de la lucha contra el contrabando.
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