Rolando Morales Anaya
Economista
jueves , 20 de abril de 2023 - 04:05

¿Qué hacer con la educación?

Contrariamente a lo que piensa la dirección sindical de los maestros, según datos proporcionados por el Banco Mundial para el año 2020, Bolivia es el país que gasta más en educación en América Latina con relación al tamaño de su economía. Su gasto llega a cerca del 10% del PIB, el doble que en Argentina (5%), más que Brasil (6%), Chile (5.6%), Colombia (4.9%), Ecuador (4.1%), Perú (4.2%), etc.

No obstante, los resultados escolares son decepcionantes. Observaciones de campo muestran que ni terminando la primaria, los niños de algunas áreas rurales saben leer. Esta situación enfrenta a Bolivia a un gran dilema: o aumenta el rendimiento escolar y académico para justificar ese gasto millonario o se lo disminuye para ajustarlo a los malos resultados que se observa. En lo que sigue, se sugiere algunas alternativas de política educativa para mejorar la calidad de la educación evitando una rebaja de su presupuesto.

Los principales problemas del sector son: profesionales y profesores mal formados, desigual formación de bachilleres, apropiación de las decisiones por núcleos informales de poder, informalidad de las actividades académicas, falta de incentivos para el mejoramiento profesional y docente, ausencia de un sistema de seguimiento de la calidad educativa.

La política educativa está dirigida a cuatro niveles: la profesionalización a través de universidades e institutos técnicos superiores, a la formación de maestros para los niveles prebásico, básico y secundario, a los estudiantes y a ponderar la educación en la estructura de prioridades de la población.

Propongo introducir la modalidad de un único examen de ingreso a los centros de educación superior (universidades, institutos técnicos superiores e institutos normales), lo que evitaría que los rezagados de la universidad intenten su suerte en las normales y disminuiría las tasas de reprobación y abandono en los establecimientos de educación superior. Paralelamente, debe ponerse en marcha un sistema de recuperación de los alumnos que no pudieron pasar esa prueba en primera instancia.

Urge eliminar las restricciones para acceder a la docencia en universidades e institutos normales, por ejemplo, las limitaciones para ejercer la docencia a los profesionales que han estudiado en el exterior o en centros educativos diferentes a las normales. Debe buscarse la normalización de los estatus de profesor invitado e interino por la forma discrecional en que son asignados por grupos de poder. Preocupado por el buen uso de los recursos que proporciona a los establecimientos de educación superior, el estado debe obligar la realización de exámenes de competencia de los docentes y desarrollar un sistema de evaluación permanente. Esta sería la mejor medida para evitar que camarillas de profesores ineptos se apropien de la enseñanza superior.

Es importante lograr la titularización de todos los docentes en los establecimientos de educación superior en un plazo no mayor a un año. Para presionar a la actualización científica y a la producción académica, este proceso debería tener lugar cada 5 años.

Fomenta la mediocridad el que los salarios de los docentes universitarios aumenten sólo por años de antigüedad. Para tener un incentivo para el mejoramiento académico, la remuneración de los docentes debe combinar los años de antigüedad con la cantidad de libros y artículos publicados.

Ningún estudiante debería permanecer en la universidad por un periodo superior a los 8 años salvo circunstancias especiales como enfermedad o accidente. Actualmente, hay más de 20 mil universitarios dinosaurios.

Para evitar el abuso a las familias y ajustar el costo de la matrícula con la calidad de la educación que se dispensa, los establecimientos educativos privados (colegio y universidades) deberían destinar a la planilla de honorarios docentes un monto proporcional a la recaudación de matrículas, mensualidades y otros pagos exigidos a los estudiantes y deberían estar inscritas como empresas en el registro de comercio.

Para mejorar la formación de maestros a partir de los institutos normales se requiere volver al sistema antiguo de 3 años de formación para los maestros de los ciclos inicial y primario y que los 2 últimos años de la formación docente para maestros de secundaria se hagan en las universidades en centros especializados de formación docente (CFD).

Es importante reponer el sistema de evaluación de la calidad educativa (SIMECAL) sobre la base de las pruebas internacionales PISA. Sería bueno tener un sistema similar a nivel superior (universidades y escuelas normales).

Para terminar, urge que el Estado recupere el sector educativo que salió de su dominio hace muchos años al igual que la minería.

Urge que
el Estado recupere el sector educativo que salió de su dominio hace muchos años al igual que la minería.
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