
Reflexión sobre las expectativas ante la coyuntura económica
El famoso gol de Maradona a los ingleses, ese en el que él arranca en su propio campo y recorre más de 55 metros, pasando a cinco jugadores del equipo contrario hasta llegar al arco y marcar el gol, es uno de los mejores ejemplos que tenemos a la hora de explicar el diseño de política económica.
Maradona, conocido por ser uno de los mejores gambeteros de la historia, corre prácticamente en línea recta desde el momento en que toma la pelota. Es cierto que gran parte de la maravilla de ese gol tiene que ver con la velocidad y el control del 10, pero también con algo que suele pasar desapercibido: él pudo correr prácticamente en línea recta porque los defensores esperaban las gambetas y, en consecuencia, se lanzaban a los lados, mientras Diego continuaba su camino sin hacer prácticamente nada más que lo que la inercia le dictaba.
La analogía sirve para describir una de las ventajas que tienen los hacedores de política económica: muchas veces no tienen que hacer nada para que los agentes reaccionen como quieren que reaccionen. Eso pasa porque todos saben que un Ministerio de Economía o un Banco Central pueden hacer cosas que el resto de los agentes no y, más importante aún, presumen que las harán (porque resulta irracional pensar que estas instituciones abandonen sus funciones).
Luis Arce, por tanto, sin tener ninguna habilidad superior, pudo sortear gran parte de su gestión como Ministro sin hacer prácticamente nada, porque estaba al frente de una de las instituciones que mayor poder había aglutinado durante los 14 años de la gestión de Evo Morales. El problema (y parte de lo mítico en el caso del gol de Maradona) es que eso sólo puede pasar una o dos veces, porque luego el entorno y los agentes (o los defensores) entienden tu estrategia y ya no te creen.
En otras palabras, es probable que como Ministro de Economía o Presidente del Banco Central la gente te crea cuando les dices que vas a sostener una subvención o un tipo de cambio, incluso si no tienes los recursos para lograrlo; pero luego de un tiempo, cuando tus mensajes no son acompañados con acciones, los agentes no te creen y empiezan a jugar sabiendo que en realidad era inercia, costumbre o coincidencia lo que te mantenía evitando los obstáculos. Peor aún, es posible que en algún momento se empiece a pensar que en realidad no eres capaz de gambetear la coyuntura.
Para preocupación de gran parte de la gente, eso es lo que está sucediendo en las últimas semanas. Los cambios en la coyuntura eran muy evidentes: el incremento en los precios de los hidrocarburos se sintió desde el momento mismo de la invasión rusa a Ucrania, mientras que la declinación en la producción de gas ya era conocida por Arce incluso desde antes de dejar de ser Ministro.
Al mismo tiempo, tanto el actual Ministro de Economía como el Presidente del BCB tienen pleno conocimiento del flujo de caja de ambas instituciones, ya que reciben reportes diario de los ingresos y egresos que tienen, por lo que la falta de pagos de Argentina y los demás factores que han debilitado el ingreso de divisas debían ser considerados mucho antes de llegar a los niveles actuales de agotamiento de las RIN. Ninguna de estas situaciones podía haber sido una sorpresa para ellos.
La incertidumbre que se ve hoy en el país, después de 28 meses de gobierno, deriva básicamente de la ausencia de un plan concreto de política económica ante un entorno que evidentemente había cambiado, incluso antes de la invasión rusa. Este escenario se ha profundizado a partir de una batería de medidas poco efectivas y con un aire de desorden en ellas.
En este punto es claro que no alcanza con silencios o slogans que digan que vamos a salir adelante, porque se han agotado los márgenes de credibilidad que permitían que la inercia de la dinámica económica solucione los problemas que se venían observando.
De hecho, poco a poco estos problemas se han ido acumulando, haciendo los desequilibrios muy evidentes, y ante esa evidencia se necesitan acciones concretas. Muchas de esas acciones, al menos desde afuera y con la limitada información que proporciona el Gobierno, son ya conocidas, aunque contrarias a los preceptos políticos e ideológicos que ha manejado Luis Arce desde el inicio de su gestión. Aquí es donde veremos si hay cintura o no.
Finalmente, algo muy relevante: el problema es principalmente un problema de flujo fiscal; pero las preocupaciones de la gente, a partir de una serie de medidas poco acertadas y comunicaciones irrelevantes y confusas por parte de los hacedores de política pública, han empezado a afectar las expectativas sobre la política cambiaria. La reciente falta de acciones del Gobierno amenaza con extender esta incertidumbre incluso a otros ámbitos.
En caso de recibir estos mensajes dudosos, se sugiere no hacer click en ningún enlace sin verificar su origen.
Para más información puede contactarnos