Rodolfo Eróstegui Torres
Experto en temas laborales
martes , 14 de marzo de 2023 - 04:06

Atando cabos

Reflexiones entre amigos sobre la industria

Mi amigo Benjamín Grossman Parrondo falleció hace muy poco. Él tenía por objeto de vida analizar los procesos de industrialización de Bolivia. Fue un gran admirador de Alfonso Gumucio Reyes, el ideólogo de la marcha de Bolivia hacia el oriente. Benjo, desde su profesión de ingeniero químico, abordó muchos aspectos de la industria que él consideraba imprescindibles para que el país tenga una industrialización exitosa, así también estudio el mercado de trabajo ante el cambio tecnológico.

En tertulias en el “Café Blueberries” primero y luego en el “Café el Retrato”, discutíamos sobre la industria nacional. Ambos apoyando los emprendimientos industriales. Producto de estas conversaciones fui construyendo una idea más política de apoyo a la industria en un país rezagado como es Bolivia.

Llegué a la conclusión que se tiene que apoyar a toda persona que decide poner su capital en la constitución de un emprendimiento industrial. Esta persona está apostando por el país: compra terreno, maquinaria, conocimiento, materias primas y sobre todo emplea a un grupo de desempleados.

Este emprendedor se ata al país, ya no es libre de volar hacia otros parajes. Se compromete en la construcción no solo de la industria si no en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos bolivianos.

Benjo decía que muchos industriales no eran muy confiables, algunos sin mucho conocimiento del mercado y las necesidades nacionales o regionales, se daban a la tarea de constituir empresas industriales. Yo conocí algunos que por la forma en que constituyeron el emprendimiento, parecían díscolos, pero las empresas sobrevivieron y los trabajadores y trabajadoras tienen ahora un empleo digno. La enseñanza es que todos los empleadores son en algo un poco díscolos, primero porque apuestan por un país que muy poco les reconoce.

En el país, los trabajadores o los gobernantes sin importar del partido que sean, nunca trataron bien a los emprendedores industriales. Benjo fue director en la Cámara de Industrias en representación de la tabacalera y, en esa calidad, asistió a una reunión donde hablaría el presidente de ese entonces, Gonzalo Sánchez de Lozada. Benjamín contaba que cuando el presidente ingresó al auditorio dijo: ¿ustedes todavía existen? Esta es una muestra de cómo los gobernantes veían a los industriales.

La Industria Manufacturera es uno de los sectores de mayor incidencia en el crecimiento económico de Bolivia. Pero en los últimos 17 años las políticas gubernamentales no siempre acompañan los esfuerzos industriales privados. Es frecuente que le pongan trabas a la exportación de los productos nacionales, pero en contraparte, la importación legal es libre y el contrabando se campea por las fronteras y sobre todo en las calles.

En otras palabras, la industria nacional no solo tiene que luchar con su competencia legal, sino que tiene que competir con los productos extranjeros importados legal y de contrabando. Algunas veces la producción nacional como la de “Helados Delizia” pudo defender su mercado y derrotar a los productos extranjeros.

Nuestras fuentes o insumos para las tertulias que sosteníamos eran los boletines y otras publicaciones de la Cámara de Industrias. También fueron insumos las publicaciones de Alfredo Seoane y algunas publicaciones del CIDES. No puedo olvidar nuestras visitas a las empresas, las mismas que realizábamos con Juan Antonio Morales, Gabriel Loza y Alfredo Seoane.

Entre los temas que analizamos mucho fue el impulso que dio la Cámara de Industria a las prácticas de Responsabilidad Social Empresarial. Compartíamos el desarrollo teórico que realizó el CPTS con la CNI. Primero era solucionar los problemas internos de las fábricas, seguridad industrial entre ellos y luego las prácticas de arreglo de parques o de apoyo a niños hándicap. Primero lo primero.

Hoy estaríamos leyendo y analizando la nueva publicación de la CNI “noventa años de historia”. Investigación realizada por José Péres Cajías y Lupe Cajías. Ahora lo hago solo y me da tristeza.

Todos los
empleadores son en algo un poco díscolos, primero porque apuestan por un país que muy poco les reconoce.
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