
Respuesta a Toro sobre el debate del golpe
Invoco el principio del derecho a la réplica, que el periódico Pagina 7, ciertamente ha concedido en anteriores oportunidades, para referirme a un artículo en el que Juan José Toro Montoya alude, tanto al Ministerio de Educación, como a mi persona.
Me parece excelente que el periodista Toro desee continuar, como lo hace en su columna de opinión en Pagina 7, el debate sobre el golpe de Estado. Ojalá hicieran lo mismo, aquellos que hablan de fraude y quisieran debatir al respecto. Se negaron a hacerlo cuando la Procuradoría les invitó a demostrar su invención de fraude. Lo mismo hace Almagro en la OEA cuando Héctor Arce lo conmina a presentar los sustentos del informe que utilizaron para detonar el golpe.
Pero bien, por lo menos el debate sobre el golpe se ha instalado. En este contexto de debate estoy de acuerdo con Toro cuando sugiere que son los argumentos los que valen. En lo que está errado es cuando afirma que no se han dado los argumentos para el debate. A continuación los exponemos. Antes de eso, sin embargo, corresponde desbaratar los suyos. El único argumento que han utilizado para negar el golpe es que el parlamento estuvo vigente. “Todas las definiciones jurídicas coinciden en que un golpe de Estado es tal cuando se disuelve el congreso”, afirma el periodista. Entonces me nace la pregunta ¿por qué no pensaron en ese “detalle” cuando no permitieron la entrada de los asambleístas del MAS a la Asamblea el momento en que Jeannine Añez se autoproclamaba?, ¿Por qué no se verificó el quórum en ese acto que se llevaba adelante?, ¿por qué no se tomó en cuenta el reglamento que sostiene que la presidencia del senado le corresponde a la bancada mayoritaria? Después de eso ¿puede el periodista Toro decir que el parlamento estuvo vigente? Pues no, no estuvo vigente en el momento de la autoproclamación, es decir, en el momento clave. Después ciertamente utilizaron al parlamento para pretender darle fachada de legitimidad a su gobierno. Pero solamente fue eso, una fachada. Recuérdese las quejas públicas que hacía Eva Copa cuando afirmaba que en el palacio de gobierno ni siquiera querían recibirle la correspondencia. Recuérdese también cuando la Asamblea censuraba a los ministros de Añez (López y Murillo) y ella los reinstalaba, haciéndose la burla de la institución de la Asamblea.
Otro “detalle” para que Toro lo considere: Cuando Natusch Busch dio su golpe en noviembre de 1979, no disolvió el congreso. Estuvo dos semanas masacrando a la población. Entonces aplicando “todas las definiciones jurídicas” de Toro, Natusch Busch no dio un golpe de Estado el año 1979. Repito entonces mi discrepancia con Toro; el tema del golpe es político, no es jurídico. Es político porque atañe el tema del Poder. Es fácil envolver y confundir a un humilde dirigente indígena con argumentos leguleyos. Es lo que siempre han hecho los acólitos del poder blanco en una sociedad colonizada (señor Lector, esta reflexión, la comprenderá si lee el artículo de Toro)
Ahora bien, expongamos nuestros argumentos del Golpe. Explique señor Toro por qué, si no fue golpe, quemaron la casa de Víctor Borda, entonces presidente de la cámara de diputados, cargo mencionado en la lista de sucesión constitucional. Secuestraron y torturaron a su hermano y le llamaron por teléfono amenazando con matarlo si no renunciaba. Ese hecho, por sí solo, señor Toro, se constituye en un golpe de Estado. No confundan con que también quemaron la casa de no sé quién más. Todos esos hechos son condenables, ciertamente, pero la quema de la casa de Borda, por sí sola y en sí misma, constituye un golpe de Estado.
Recuérdese la renuncia de Evo Morales: “Renuncio, pero ya dejen de agredir a mis hermanos”, dijo. ¿lo recuerdan?
Algo que la derecha nunca se preocupa por explicar es el video que circuló de Camacho, cuando dijo que su padre “cerró” con la policía y el ejército “para que no salgan” y que cuando eso estaba listo “entonces, ya podía Santa Cruz trasladarse a La Paz”. ¿Cómo se explica eso, si no es como un golpe?, Relacionando eso con el Motín policial, ¿no está claro, que fue un golpe? y si ahora relacionamos con los dineros que Camacho depositó en las cuentas del general Terceros, ¿no es obvio que fue un golpe? Si todo eso, señor Toro, no es Golpe, entonces tenga la gentileza de explicar ¿qué es?
Sigamos relacionando los diversos elementos: En Argentina ya se ha armado todo un revuelo con el envío de municiones al ejército y la policía bolivianas, antes de que Evo renunciara y sin que el gobierno lo supiera, menos lo autorizara. Si eso no es golpe, señor Toro, entonces ¿qué es?
Sobre las masacres de Sacaba y Senkata, con las que usted, señor Toro, dice que nos “enbanderamos”, sin mostrar respeto por esas víctimas: ¿por qué tuvieron que matar a tanta gente, si no fue Golpe? Se lo explico, señor Toro. Los golpes de Estado muy frecuentemente traen consigo masacres. Así ocurrió con los golpes de Banzer, de Natusch Busch, de García Mesa, de Barrientos, etc. Eso se debe a que los golpistas, para consolidarse en el poder (recuerde que el tema es político, no jurídico), necesitan aplastar la resistencia a sus golpes y lo hacen masacrando a la gente que sale a resistir. Es lo que los golpistas llamaron pacificación, se trata en realidad de la paz de los cementerios.
El golpe de Estado en noviembre de 2019, después de todas estas evidencias, está muy claro. El que no quiere verlas, ciertamente, está parcializado, trátese de periodista, abogado o la profesión que tenga. Ahora bien, en una democracia, es legítimo tomar parte por una u otra posición. Lo que no es legítimo es, como periodista, tener esa parcialidad y pretender ante su audiencia, que no se es parcial. Eso fue lo que le dije al señor Toro en su programa, y concluí con algo que él cortó en las reproducciones que hizo: “fuera máscaras” le dije, parafraseando al presidente de México, López Obrador.
En caso de recibir estos mensajes dudosos, se sugiere no hacer click en ningún enlace sin verificar su origen.
Para más información puede contactarnos