Gustavo Fernández
Diplomático y analista internacional
jueves , 29 de junio de 2023 - 04:04

Rusia, tiempos interesantes

Aunque se veía venir, la forma en que se produjo el desenlace del conflicto abierto y público del Grupo Wagner con el poder militar ruso, tomó por sorpresa a todos.

Para empezar, al propio Prigozhin, que se encontró de pronto con su columna de 5.000 hombres a 200 km de Moscú, luego de ocupar el estratégico comando militar de Rostov, derribar dos helicópteros del ejército ruso y adelantar una marcha de más de 800 kilómetros, sin resistencia, en un abierto desafío a la autoridad del Comandante Supremo que, en un dramático mensaje de madrugada, lo llamó traidor a la patria, la máxima acusación imaginable a un jefe militar en tiempo de
guerra.

En efecto, apareció encabezando un auténtico alzamiento militar y político contra el régimen, tarea para la cual no estaba ni remotamente preparado, ya que su plan original se limitaba a rechazar y resistir la decisión de poner su ejército privado, que había alcanzado independencia y protagonismo en la guerra de Ucrania, bajo el mando del Ministerio de Defensa.

Putin, por su parte, no se imaginó nunca que el maitre que servía la mesa del Kremlin, al que convirtió en señor de la guerra, como su escudero personal, se levantara en armas contra él. Descubrió, también, que no podía aplastarlo, que las medidas que instruyó no se cumplían o no se podían cumplir y que debía enfrentar un choque militar para derrotarlo, en las puertas de Moscú.

En esas circunstancias, ambos, Putin y Prigozhin, dieron un paso atrás y recurrieron a Lukashenko para negociar un acuerdo. La larga columna de Wagner dio marcha atrás, Putin levantó los cargos y Prigozhin se despidió sonriendo de sus seguidores en Rostov.

Estados Unidos y sus aliados de OTAN respiraron aliviados. Se había despejado, por el momento, la amenaza de caos, guerra civil o quien sabe que, en una potencia nuclear, con la mayor extensión territorial del planeta, en el corazón de Europa y Asia.

Ucrania pasó de la euforia inicial a la duda, otra vez.

Xi esperó que pasara el peligro inmediato para lanzar un comunicado de apoyo políticamente correcto, con sentimientos encontrados en el fondo de su corazón: Rusia será ahora más dependiente de China que antes, pero volvió a confirmar que es un aliado inestable y problemático.

Así las cosas, el 26 de junio, Putin hizo públicos los términos del arreglo, que dejan muchos hilos sueltos y muchas más preguntas que respuestas.

Por lo que dijo, continúa el juicio contra los traidores, el Grupo Wagner dejará de operar en Rusia y sus integrantes podrán escoger entre continuar la lucha en Ucrania (en cuyo caso suscribirán contratos con el Ministerio de Defensa) o unirse con Prigozhin en la milicia reagrupada en Bielorusia. El ministro de Relaciones Exteriores Lavrov, por su parte, apuntó que seguían vigentes los contratos de entrenamiento y apoyo técnico del Grupo Wagner en África. Es decir, ese ejército privado, propiedad de Prigozhin, se desmantela en Rusia y deja de actuar en Ucrania, pero mantiene su condición de instrumento paramilitar ruso en África (y en los lugares en los que se estime necesario), con base en Biolorusia, bajo la tutela de Lukashenko.

Obviamente, los reflectores se vuelcan sobre Rusia, cuyo piso empezó a temblar cuando Putin cometió el horrible error estratégico de intentar borrar Ucrania del mapa, hace más de un año. El terremoto del 21 de junio fue breve y no destruyó el edificio, pero desnudó las fallas estructurales del sistema. Los actores -los antiguos y los nuevos, políticos y militares, nacionales y extranjeros, de derecha y de izquierda- se ven desconcertados, como la propia sociedad rusa, que espera lo que vendrá con ansiedad y temor. Ha comenzado, de mala manera, un proceso de transición política, de recomposición del núcleo interno de poder, que es, por definición, largo, desordenado, imprevisible y peligroso.

Tiempos interesantes, dirían los chinos.

El terremoto
del 21 de junio fue breve y no destruyó el edificio, pero desnudó las fallas estructurales del sistema
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