
Un perfecto rompecabezas
Este país nuestro es un verdadero rompecabezas, un puzzle que no tiene pieza clara para colocarla, siempre alguna esquinita que engaña a la vista y que al ponerla en el supuesto sitio donde, a nuestro ojo iba, no va.
Los que arman las piezas de este inmenso puzzle son el panorama complejo de la realidad nacional. Un puzzle digamos de más de 10 mil piezas con solo una foto de orientación, permite alguna mirada medianamente limpia y dirige, en algún sentido, pues en base a ella seguimos el patrón medianamente visible en un azul impresionantemente grande, con blancos y grises y más azules. Para hacer más difícil el armado, el dibujo tiene una pelota de color azul blanquecino en la parte central.
Los sociólogos, cientistas sociales, ingenieros sociales, filósofos, todos están con la pluma en la mano, con las encuestas hechas o por hacer, donde las variables se convierten en cada vez más y más complejas. Una encuesta de opinión da el resultado de que la popularidad del presidente está en un porcentaje más bajo que el día que lo eligieron, cosa que es normal, lo que es anormal es que esa popularidad, medida por los alcances ya sean económicos o de facilidades, da una variable tan compleja que el titular solo aparece como que su popularidad presidencial ha bajado en seis puntos y subido en ocho su dedicación a la economía.
Esta pieza del puzzle ya ha roto con el colorcito, el blanco se pone mas fuerte y el azul menos intenso, pero y pero, si la muestra se la ha hecho en la universidad de los valles, resulta que la popularidad ha subido y la solución económica ha bajado a dos. Entonces el azul toma más intensidad y el blanco más grisáceo.
La ingeniera social ahora no sabe cómo interpretar sus propias preguntas, la filósofa, que feliz veía todo claro dentro del marco de la última encuesta, ahora no sabe qué es lo que piensan las y los entrevistados respecto a la futilidad de la ideología.
Todos se complican cuando sindicatos, defensores de las condiciones laborales de sus socios, los salarios en su relación con la inflación, acceso a bibliotecas y libros, textos que diseñen un futuro claro y competitivo para el futuro del estudiantado, etc. Y es aquí donde el problema, otra pieza del puzzle, no calza. Supuestamente la huelga es política, y se abandera una especie de lucha contra el poder establecido. Sindicato de pititas, han dicho a gritos, y entonces todo parece entrar en el mapa de la solución, ficha con más blanco y buscas y, pues nada, esa pieza no calza. Estábamos en la puerta de ponerla allá donde el blanco es más brillante y fallamos otra vez.
Seguimos buscando otras piezas, quizá nos orienten mejor para seguir armando el rompecabezas, que ahora este cuadrito está haciendo honor a su nombre, ¡está rompiendo cabezas!
Encontramos la pieza y qué pasa ahora, más bloqueos que hacen de esa parte del azul y blanco más cerca de la pelota, ya vislumbramos que podremos, a partir de la pelota, solucionaremos este tablero que ya se nos está convirtiendo en un dolor de cabeza. Bloqueos que salen en lugares donde todo debería ser de fácil arreglo, pero todo empieza otra vez con la patada de una silla, y la denuncia de que el litio no está en realidad haciendo nada por la economía local ni nacional.
Se encuentra una pieza que entre lo blanco y el azul parece que se unen, y listo, la pieza va directamente a espacio y otra vez, esa esquinita que parecía tan claramente la pieza, es en realidad otra equivocada. Inmediatamente, buscamos alternativa y nos encontramos con la Asunta y ahí todo parece que debería ser la ficha azul y si hubiera algo blanco se juntaría con el azulino de la pelota. Tratamos de ponerla y ¡oh sorpresa! de nuevo no calza.
Casi a punto de dejar el armado para otro día, aparece una pieza que es la de los depósitos y de los dólares. Esa orientará claramente para saber si la popularidad es realmente la correcta, por tanto puede dar la pauta para la total solución de este, ya aburrido, puzzle.
La ficha la identificamos y la cogemos con la esperanza puesta en que todo caerá en su lugar con un pelín de fuerza. Saz, la ponemos y, perdón, el pensamiento de la palabra que viene a la cabeza es alto y claro; ¡no calza otra vez!
Como somos perseverantes y no nos dejamos ganar fácilmente, decidimos volver a las encuestas, a los estudios y otra vez a tratar de definir como rellenamos el puzzle sin dañar la imaginación ni la razón, pero me temo que esta vez este rompecabezas no dará ni una piecita para andar en la dirección de la solución.
temo que esta vez este rompecabezas no dará ni una piecita para andar en la dirección de la solución
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