Sonia Montaño Virreira
Socióloga Feminista
domingo , 15 de enero de 2023 - 04:05

Con la boca abierta

“Y una loba como yo no está pa’ tipos como tú”

Baby no me llames que yo estoy ocupá, olvidando tus males. Yo ando despechada y alocá (Rosalía)

“Y una loba como yo no está pa’ tipos como tú.” Así le cantó Shakira a Piqué obteniendo más de cuarenta millones de “likes” en las redes sociales. A mí, el hecho sí me interesa para hablar sobre una parte de la vida que nos rodea -hegemonía cultural le llaman- aunque entiendo a quienes consideran que la vida de ricos y famosos no debiera ocuparnos. Con diferencia de semanas Isabel Preysler -otra famosa- ha tenido la lisura de pedirle a Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, que no vuelva a casa después de Navidad harta de sus “celos infundados” desnudando la fragilidad del gran escritor. A diferencia de la colombiana que le dice a Piqué que ella ya no llora y sí factura, Varguitas factura mucho pero ha de estar pasando momentos difíciles porque ya no tiene quien lo cuide. El mundo de las facturas es tema aparte, pero es de reconocer que en todos estos casos (Vargas Llosa, Preysler, Shakira y Piqué) no es realmente un problema pues, como diría Evo Morales, para eso están los abogados.

El mundo de hoy tiende a borrar cada día más las fronteras entre la vida pública y privada, más aún si se trata de personas que califican como personajes. En el caso de Shakira y Piqué la publicidad es desde siempre indispensable para sus carreras. Ella ha cantado y contado siempre sobre sus amores- talentosa y trabajadora- nunca perdió de vista que debía facturar. Por ahora sigue triunfando y él parece más ocupado en abrir negocios futboleros; “mucho gimnasio, pero trabaja el cerebro un poquito también” le dice ella suavemente, nada como “rata de dos patas “ compuesta por el rey colombiano del despecho Manuel Eduardo Toscano y a la que otra grande como Paquita la del Barrio dedica a los inútiles desde hace más de cuarenta años.

Infrahumano

Espectro del infierno

Maldita sabandija

Cuánto daño me has hecho

Ni qué decir de la gran Chavela Vargas que cantaba a Alfredo Jiménez - otro ídolo del despecho. Hoy las mujeres ponen la letra y la música.

En el caso de Varguitas ya fue muy triste ver a uno de los mejores escritores contemporáneos aparecer como segundón de la portada de la revista Hola, especializada en amores y desamores entre ricos y famosos.

Una vez expuesto voluntariamente a la farándula, al parecer más por amor que por necesidad, conmueve pensar cómo algo que para él fue un momento fundacional de su obra, me refiero a la lectura de Madame Bovary de Flaubert, explicada en su ensayo la Orgía Perpetua, contiene muchas claves para entender los grandes cambios que hemos vivido: Madame Bovary es una de las grandes novelas del siglo XIX que cuenta, a decir de Vargas Llosa “la intensa y trágica historia de esa campesinita ( sic) normanda que quiso vivir todas las aventuras que cuentan las novelas y lo pagó tan caro.” (2006). La joven Emma casada con Charles Bovary, un hombre aburrido incapaz de complacerla y satisfacerla, buscará la realización de sus sueños en otros amores, pasionales y platónicos..., hasta quitarse la vida. Rebeldía, violencia, sexo y muerte muestran, como dice la argentina Valeria Mussio, que “ella lucha sola por experimentar la mayor cantidad de placer, dándole vuelta la cara a todo aquello que pueda llegar a existir tras su muerte, rechazando la promesa de vida eterna y la Iglesia, ya que nada le interesa más allá de lo que experimente mientras viva.”

Madame Bovary además de ser la gran novela toca un tema central para las mujeres víctimas del amor romántico, es lo que las mujeres no quieren y que hoy se canta en muchas partes. Para hombres como el Nobel el cambio en la vida de las mujeres los deja desprotegidos pero aun capaces de seguir adelante con sus vidas. Entre sus admiradores muchos buscan mujeres que facturan pero sueñan con mujeres que se resignen al tedio.

Shakira y muchas mujeres como ella, libres de las mordazas intelectuales pueden recurrir a un rapero, a sus propios versos y a las redes sociales que las acogen con benevolencia pero también con bronca machista. No han faltado voces feministas que elogian sus canciones y otras que le critican su falta de sororidad con su rival : “Cambiaste un Rolex por un Casio” cantó y me parece que eso es mucho más auténtico y humano que fingir sororidad con quien se fue con tu marido. Ya habrá nuevas canciones y nuevas reconciliaciones. Lo que sí está claro es que tanto Shakira como Presley no se conformaron con lo que tenían y no tuvieron que acabar como la Bovary. En ese sentido son un buen ejemplo.

Alegra que Shakira, la española Rosalía y la chilena Anita Tijoux logren ponerle letra y música a uno de los grandes malestares de nuestro tiempo. Pasarán Shakira y Piqué, nos olvidaremos de la Presley pero habremos abierto ojos y oídos a voces que como Rosalía ha inventado la palabra Motomami ( fuerza de moto)y (fragilidad de mami) para que como en la vida misma las nuevas mujeres sean fuertes, luchadoras y decididas y reconozcan como en la vida sus inseguriades. Lobas, atrevidas y frágiles.

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