El Chapare bajo
la lupa

Aunque es probable que tenga motivaciones políticas en contra del expresidente Evo Morales, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, hace bien en poner los ojos sobre el Chapare, la principal zona de producción de coca ilegal del país donde, además, se fabrica cocaína, según los resultados de diversos operativos.

La semana pasada, luego de tres días de operativos en esa zona, Del Castillo informó de la destrucción de siete laboratorios de cristalización de cocaína y 27 fábricas de pasta base con una afectación al narcotráfico de 1,9 millones de dólares.

La autoridad calificó el operativo como “el más importante y más grande efectuado por nuestras fuerzas del orden en toda la historia de nuestra patria”, sin embargo, lo que llama la atención es que no se hubiera detenido a ninguna persona ni se hubiera incautado cocaína.

El exministro de Gobierno Carlos Romero reparó justamente en ese detalle. “Le llaman el operativo más grande de la historia a un operativo sin un solo detenido, sin droga incautada y con varias fábricas de las anunciadas ya inactivas”, escribió la exautoridad, quien está en guerra abierta con Del Castillo.

Es probable que Romero también esté preocupado por las connotaciones políticas que estos operativos puedan tener sobre el liderazgo del expresidente Evo Morales, quien tiene su centro de operaciones económicas y políticas justamente en el Chapare.

Pero, lo que nadie puede negar es que el Chapare es una zona roja de producción de coca y cocaína, que durante el gobierno de Morales era una región sin presencia estatal y dominada únicamente por el poder de las federaciones cocaleras y que, por tanto, hacía falta que las autoridades sentaran presencia en ese territorio.

Del Castillo lo ha hecho, ha ingresado en persona a la zona, ha destruido fábricas de cocaína y más allá de que algunas estuvieran inactivas, lo cierto es que son una evidencia de que la actividad ilícita del narcotráfico florece en esa región.

Lo que falta ahora es que el Gobierno dé un paso más y que encuentre a los narcos y que los detenga, entre ellos a los peces gordos que están cayendo fuera de nuestras fronteras y no en territorio nacional, caso contrario, los operativos terminarán reducidos únicamente a actos mediáticos sin mayor afectación para las bandas de narcos que operan en el país.

Por otro lado, para desvirtuar de que sólo se trata de una respuesta política a los ataques del evismo, Del Castillo tendría que mostrar el mismo empeño en otras zonas también tomadas por el narcotráfico, como los parques nacionales, algunos pueblos del Beni y las
fronteras.