Editorial
IRAs que matan también a jóvenes
Si bien el pasado 5 de mayo la Organización Mundial de la Salud acogió la recomendación del Comité de Emergencia de declarar el fin de la emergencia de salud pública internacional por el Covid-19, esto no significa que ésta haya dejado de ser una amenaza para la salud mundial: sigue siendo una prioridad de salud pública global.
Por el contrario, este aviso implica que es el momento en que los países pasen del modo de emergencia al manejo y control del Covid-19 con otras enfermedades infecciosas, pues el riesgo continúa. Por esa razón, los países ni sus sistemas de salud, al igual que sus poblaciones, pueden bajar la guardia.
En efecto, de la emergencia del Covid-19 hemos pasado a las gripes estacionales, las influenzas y otras infecciones respiratorias agudas (conocidas como IRAs) que golpean de igual manera a la población, pues comparten algunos síntomas similares (lo que puede hacer que sea difícil diferenciarlas).
Es el caso de nuestro país, que está atravesando una ola de IRAs en las que se destaca el impacto de la influenza que está atacando de manera letal a muchos bolivianos y representa prácticamente una epidemia.
En su reciente reporte, el Ministerio de Salud indica que Bolivia continúa con seis de los nueve departamentos con comportamiento epidémico por infecciones respiratorias agudas. Solamente Santa Cruz, Tarija y Oruro se encuentran fuera de ese rango.
El ministro de Salud, Jeyson Auza, sostuvo que los casos por influenza registrados en lo que va de este año, superan en cantidad a los reportados en similar lapso de tiempo durante el 2022 y que, en consecuencia, han decidido ampliar la vacunación masiva, gratuita y voluntaria contra la influenza a niñas y niños de 12 años de edad, desplegando brigadas de vacunación en colegios; además de inmunizar a 1.000 médicos y enfermeras.
Según el reporte oficial, este 2023 se han registrado 226 decesos como consecuencia de IRAs. Del total, 170 están relacionados con personas mayores de 60 años, 45 con personas mayores de 21 a 59 años, 7 con personas de entre 10 a 20 años, 2 con niños de entre 5 a 9 años, y 2 con menores de 1 año.
Son cifras alarmantes, pues refieren una afectación no solamente a personas de la tercera edad, o con alguna enfermedad preexistente, sino que alcanza a jóvenes y niños. Once personas menores de 20 años fallecidas por estas gripes, es un resultado verdaderamente lamentable.
No vacunarse, no acudir a un centro de salud ante los primeros síntomas de resfrío, automedicarse, seguir una mala alimentación y no cumplir un aislamiento son al menos cinco errores que llevan a muchas personas a sufrir casos severos y graves de estas enfermedades y no pueden ser de ninguna manera pasados por alto.
La pandemia del Covid-19 tiene que habernos dejado algunas lecciones y es momento de repasarlas para salvar vidas propias y ajenas.
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