Editorial

Olvidadizo, exitista y pegado al retrovisor

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La Paz - domingo, 07 de agosto de 2022 - 5:00

El presidente Luis Arce, en su discurso por el aniversario patrio, comparó su gobierno con el de Jeanine Añez, al que dejó de llamar golpista para calificarlo como “nefasto”; destacó cifras económicas “históricas” de su gestión, pero omitió los indicadores negativos de la economía; denunció desestabilización y no dijo una palabra sobre la demanda en torno al censo de población y vivienda.

Arce dio su discurso apoyado por una ensordecedora barra que gritaba “Lucho, Lucho, Lucho” y que, al parecer, buscaba borrar las malas experiencias de anteriores discursos, que fueron interrumpidos por las arengas opositoras. Esta vez quedó claro que el Gobierno tomó sus previsiones.

Arce empezó acusando al gobierno transitorio de Añez de haber interrumpido los avances económicos y sociales registrados durante el gobierno de Evo Morales, del que él fue ministro de Economía. Dijo que ese gobierno hizo “un pésimo manejo económico” que derivó en una contracción económica del 9%, que no se veía desde 1953, que paralizó la inversión pública, aumentó la desocupación, la pobreza, el hambre y la incertidumbre. Incluso, cuando habló de la pandemia llegó a decir que gracias a sus medidas se logró bajar el índice de letalidad del Covid de 6% a menos de 1% que se había registrado en 2020, como si la ciencia no hubiera hecho nada por la salud de la humanidad.

En cambio, dijo que gracias a que ganó las elecciones con el 55%, “hemos retomado la senda de la estabilidad, la certidumbre y el crecimiento económico con justicia social”. Hizo, entonces, un recorrido por sus principales medidas económicas, como el bono contra el hambre, la industrialización para sustituir importaciones, créditos de todo tipo, devolución de los aportes al sistema de pensiones, perdonazo de multas tributarias, devolución del IVA, entre otras.

Y, por eso, según mencionó, la economía creció en 6,1% en 2021 y se logró reducir los índices de pobreza y el índice Gini de desigualdad. Calificó a éstos como “resultados históricos que han alcanzado la economía y los indicadores sociales del país”. No consideró que este crecimiento es, en realidad, una recuperación del terreno perdido en el peor año de la pandemia (2020), a lo que los economistas denominan “efecto rebote”.

Se apoyó también en los dos indicadores económicos más positivos de su gestión, el superávit en la balanza comercial gracias al crecimiento de las exportaciones y el estancamiento de la inflación, en comparación a otros países.

Sin embargo, el mandatario pasó por alto los indicadores negativos, como el déficit fiscal que está proyectado en 8,5%, la caída de las reservas internacionales, el incremento descontrolado del monto pagado por la subvención e importación de combustibles y el declive del negocio del gas.

Aseguró que “nuestro futuro es promisorio” y citó una serie de proyectos de empresas estatales que están en curso, entre ellas Cocabol, que pese a fracasos anteriores busca una vez más industrializar la hoja de coca.

Y, como cereza del pastel, denunció que hay intereses internos y externos para desestabilizar a su gobierno. Si bien no mencionó a Santa Cruz, fue una alusión a quienes exigen que el censo de población y vivienda se realice en 2023 y no en 2024 como pretende el Gobierno. En todo caso, se trata de una miope visión en torno a un tema que es de interés nacional y no únicamente de dos o tres dirigentes de la oposición como quiere hacer creer el Gobierno. Pese a ser uno de los retos más importantes de su gobierno, no mencionó el tema del censo de manera directa ni la urgencia de lograr un pacto fiscal. No es dejando de hablar de un tema que éste va a dejar de existir.

Entre otras omisiones importantes está el tema del narcotráfico, el contrabando y el avasallamiento de tierras, lacras que corroen a la sociedad boliviana y que, a juzgar por el discurso presidencial, no son parte central de la agenda del Gobierno.

Así se mostró Arce en su discurso de más de 50 minutos: olvidadizo, exitista y pegado al retrovisor, donde sigue apareciendo la cara de Jeanine Añez.

Arce empezó su discurso acusando al gobierno de Jeanine Añez de haber interrumpido los avances económios y sociales.
No mencionóel tema del censo de manera directa ni la urgencia de lograr un pacto fiscal. No hacerlo no hace que deje de existir

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