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Que la inspección vehicular pase a otras manos

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La Paz - lunes, 19 de septiembre de 2022 - 5:00

Un año más que los bolivianos estamos sometidos al tormento de la Inspección Técnica Vehicular (ITV) en manos de la Policía Boliviana, que se ha convertido en un caldo de cultivo para la corrupción y que además no garantiza que los vehículos que circulan por las carreteras del país estén en condiciones mecánicas adecuadas.

Un año más que se acumulan las historias más inverosímiles sobre las exigencias que se inventan los encargados de esta labor para presionar a los conductores para que paguen algo para conseguir las rosetas de inspección, que este año vienen con un código QR que facilita su control.

¿Una exageración decir que es un caldo de cultivo para la corrupción? En absoluto, basta asomarse a alguno de los 148 puntos de inspección habilitados en todo el país para escuchar alguna historia sobre las inagotables formas que tienen los encargados de esta labor para conseguir aportes “para el refresco”.

Cierto que no es bueno generalizar y de seguro que en algunos puestos hay policías y mecánicos que hacen su labor como debería ser, exigiendo sólo lo que deben y sin pedir un solo centavo, pero esos seguramente se cuenten con los dedos de las manos.

El jueves 8, un ciudadano posteó en su cuenta en Facebook que le rechazaron la inspección porque no llevó siete pares de guantes de látex en el botiquín. Otra persona comentó que los “pretextos” son interminables y que incluso buscan cualquier mancha en el motor para alegar que hay una fuga y así presionar al propietario para “una aceiteada”, que es como se dice cuando se logra aflojar el control de alguna autoridad con algo de dinero.

Exactamente una semana después, un periodista de Página Siete acudió a un punto de ITV en la zona Sur de La Paz, primero llevando una motocicleta y, al día siguiente, un vehículo. Ya conocía de las historias porque un par de años antes le habían observado que la gasa de su botiquín no era del tamaño adecuado.

Esta vez pasó por el lugar antes para pedir los requisitos. Muy amablemente, un policía le entregó un tríptico en el que se lee: “para motociclistas: casco con visor o lentes de seguridad”. Llevó eso, además de una chaqueta de seguridad, guantes y hasta un casco de acompañante.

El mecánico hizo lo suyo y le pidió rodilleras, juego de herramientas, botiquín y -no lo va a creer- un cable de freno “porque eso se suele romper seguido”. Cuando le pidió mostrar dónde se encontraba esa exigencia, quiso justificar su pedido mostrando en su celular una página web sobre requisitos para viajes en motocicleta.

Al día siguiente pasó con el vehículo, que dos semanas antes había llevado a mantenimiento, donde salió con todo aprobado en el escaneo. Esta vez llevó tres juegos de gasas, los guantes de látex y todas las medicinas que encontró en casa, pero no contaba con la astucia del mecánico. Escuchó el motor y dijo que estaba fallando una polea, que había que ajustarla, y después encontró una mancha de aceite que consideró que podía ser una fuga. Del botiquín sólo miró el estuche.

Estaba claro, sin “aceiteada” esto no funcionaría y tendría que volver otro día para hacer para cola y volver a renegar, quién sabe con qué otras exigencias. Entonces uno se rinde y cuando escucha “para el refresco”, no lo piensa dos veces y pone un billete en medio de los papeles.

Dirán que la corrupción es de dos lados, que el periodista también es culpable, pero el problema no es ése, el problema son los policías que no merecen vestir el uniforme y el sistema podrido de corrupción al que lamentablemente ya nos hemos acostumbrado.

Los jefes de la Policía indican que estos hechos deben ser denunciados para que se siga un proceso, pero ¿quién tiene el tiempo para meterse en una denuncia y posterior proceso?

Lo que resolverá este problema no es una avalancha de denuncias contra los malos funcionarios, es quitar a la Policía esa labor, como ocurrió con las cédulas de identidad, que ahora uno puede obtener en cinco minutos, sin que nadie le pida “para el refresco”. Además, con ello habría más policías trabajando en lo que realmente deben trabajar: el combate contra la delincuencia.

Cierto que no es bueno generalizar, de seguro que en algunos puestos hay policías y mecánicos que hacen su labor como debería ser.
Además, con ello habría más policías trabajando en lo que realmente deben trabajar: el combate contra la delincuencia

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