Pastillas abortivas y kits post-violación: la sororidad internacional llega a Ucrania
Los reportes de violación en la guerra despiertan iniciativas en el mundo para enviar medicamentos a las zonas de conflicto.
Una cruz roja y la palabra “medicina” en tres diferentes idiomas sobresalen en las dos decenas de cajas que llenan una van blanca. En su interior hay antibióticos, gasas, jeringas, torniquetes de combate y, en ocasiones, pastillas abortivas y anticonceptivos de emergencia. Estos últimos principalmente como respuesta a los reportes de violencia sexual dentro del conflicto que se desató en Ucrania el pasado 24 de febrero.
“Todo comenzó con la llamada de una amiga del colectivo Palyanytsya, en Ucrania, a finales de marzo. Ella me dijo: ´No queríamos creer que sucedería, pero ya estamos recibiendo información sobre violaciones, así que ¿puedes comprar anticonceptivos de emergencia? Los enviaremos a los lugares donde se necesite”, relató Karina, cofundadora de Ukraine Solidarity Bus, un organismo situado en Berlín.
Para ella, la situación es especialmente personal. Lleva más de 10 años viviendo en Alemania, pero nació y creció en Ucrania, donde aún permanece su madre. Tuvo que pasar cierto tiempo hasta comprender que su familia tomaba la decisión de permanecer en Kiev pese a los bombardeos y que era algo que debía aceptar.
“Las dos primeras semanas fueron muy malas. No podía hacer nada, sólo estaba echada siguiendo noticias”, confesó.
Si bien el envío de medicamentos y suministros médicos ya es una constante dentro de Ukraine Solidarity Bus, la dotación de pastillas abortivas y anticonceptivos de emergencia (píldora del día después) se inició a pequeña escala y de forma paralela. Fue después de aliarse con el organismo Women Help Women que la red de cooperación empezó a crecer y ahora intentan ver formas de ampliar su alcance para llegar directo a las mujeres.
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“Palyanytsya sólo tiene contacto con doctores y hospitales. Vamos a intentar encontrar una forma de establecer contacto tal vez con paramédicos o personas que van con las tropas y van a los lugares que están o estuvieron ocupados, y diferentes colectivos de mujeres”, detalló Karina, quien prefiere no dar a conocer su apellido.
Organismos como Women on Web también facilitan el acceso a pastillas abortivas dentro de Ucrania e incluso en países limítrofes para el tratamiento de mujeres que buscaron refugio allí. Para ello colaboran con la línea de ayuda Martynka, que fue creada por una joven ucraniana que radica en Polonia, donde rige una de las leyes sobre el aborto más estrictas de la Unión Europea (UE).

En Women on Web son conscientes de los constantes reportes sobre violencia sexual dentro de este conflicto, que hasta el momento dejó al menos 4.600 muertos, 5.800 heridos y más de cinco millones de refugiados, según datos de organismos internacionales. Sin embargo, prefieren no especular sobre las circunstancias que rodean los embarazos de las mujeres que solicitan su ayuda.
“En ocasiones hemos recibido más solicitudes de centros médicos y proveedores de Ucrania que coinciden con el momento en que la ocupación rusa estaba terminando en una ciudad y, por supuesto, se puede hacer una conexión, pero no recogemos ni compartimos detalles sobre las solicitudes que recibimos”, indicó Venny Ala-Siurua, directora ejecutiva del servicio de aborto por telemedicina con sede en Canadá.
Tratamiento médico en caso de violación
Además de los embarazos no deseados, los voluntarios y activistas también quieren responder a la posibilidad de enfermedades de transmisión sexual como consecuencia de la violencia. Ukraine Solidarity Bus y Palyanytsya están preparando actualmente los denominados “kits de tratamiento post-violación”, que tienen previsto enviar a Ucrania en los próximos meses.
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“Tenemos algunos reportes específicos sobre la situación que se está viviendo ahora mismo en la zona, pero no estoy segura de que quieran escucharlos. Son historias que te mantienen despierto por la noche (...) Hemos oído hablar de Bucha, pero hay muchas más Bucha en Ucrania”, advirtió Ivette Mrova, cofundadora de Women Help Women.
En el Consejo de Seguridad de la ONU, la Representante Especial sobre la Violencia Sexual en los Conflictos, Pramila Patten, declaró recientemente que hasta principios de junio se habían contabilizado 124 presuntos casos de violencia sexual en la guerra de Ucrania. La mayoría de las afectadas son mujeres y niñas menores de edad.

Pero es probable que el número de casos no denunciados sea mucho mayor, dijo Patten en entrevista con Página Siete: “Nunca he dado mucha importancia a estas cifras porque sé que los datos disponibles nunca reflejan la situación real. Esto es sólo la punta del iceberg”.
En su opinión, este tipo de delitos en Ucrania no parecen ser casos aislados, sino que forman parte de una estrategia. Recalca, sin embargo, que su postura se basa únicamente en la información provista por el Equipo de Vigilancia de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
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“Los informes de violencia sexual no son indicativos de una violación oportunista, sino que apuntan a su uso como estrategia deliberada y diseñada para humillar, infundir miedo y mandar una señal a las víctimas y a toda su comunidad de que ningún lugar es seguro”, sostuvo la representante especial.
Los “kits de tratamiento post-violación”, sin embargo, no pretenden asegurar las pruebas forenses para una posible investigación, aclaró Mrova, de Women Help Women. Además de pruebas de embarazo, los botiquines contienen medicamentos como la profilaxis postexposición (PEP) para prevenir la infección por el VIH, la píldora del día después y antibióticos para tratar las enfermedades de transmisión sexual.
Se prevé crear al menos 2.000 kits de este tipo, pero el número real dependerá de las donaciones que se recojan. Se trata más que todo de una propuesta a futuro, en un contexto en el que la atención sanitaria en materia de reproducción sexual parece no ser una prioridad en Ucrania en este momento, según reportes recibidos por Women Help Women.
“Los médicos de cabecera no quieren ocuparse de los abortos médicos. Las mujeres son doblemente víctimas en este proceso”, dijo Mrova. “Deseo sinceramente que el gobierno ucraniano les dé más prioridad. Entiendo que hay triage, que es una situación de guerra, pero la magnitud de las atrocidades que sufren las mujeres es tan grande como la de los que luchan en el frente”, concluyó.
