Sus familiares y un certificado señalan que tiene 110 años
Doña Yola, hoy centenaria, ayudó en más de mil partos
Perfil Cuenta que desde sus 20 años se dedicó a asistir a las embarazadas. En la actualidad sólo atiende las dolencias de niños, pero de joven incluso fue a la guerra.Aleja Cuevas / La Paz
Su madre murió tras darla a luz y su padre la abandonó cuando tenía apenas dos meses de vida. Años después, su precaria condición económica la obligó a trabajar; entonces, Yola Quispe Ramos se dedicó al oficio de partera. Es incontable el número de niños que ayudó a nacer, al igual que sus canas.
Actualmente vive a unos pasos de la esquina formada por las calles Cárdenas y Guzmán de la población de Irupana, en la segunda sección de la provincia Sud Yungas de La Paz, donde todos la conocen como doña Yola.
Tiene una hija, Demetria, de 65 años, dos nietos y dos bisnietos.
La describen como una persona jovial, paciente y sencilla. En la actualidad trata algunas dolencias frotando el cuerpo de los infantes que acuden de la mano de sus madres, pero hasta hace dos décadas era la partera de la población de Irupana.
Su consultorio es una habitación de tres por tres metros cuadrados, con dos camas, una para ella. En la mesa se ven bolsas de hierbas y una aguja gruesa, aunque también cuenta con una silla y una pequeña banca para el acompañante de sus pacientes.
Atesora un cuadro que le regaló su nieto y que está colgado en una de las paredes de su consultorio: es un artículo que publicó un semanario de la región que la nombró personaje del año. Un diploma que le entregó el gobierno municipal de Irupana certifica que nació en 1902 y que, en consecuencia, tiene 110 años.
La guerra la hizo partera
El 18 de agosto, casi a las 9:00, el cielo yungueño se despejó después de una noche de aguacero. A esa hora doña Yola se trenzaba los cabellos y recordó que fue testigo y partícipe de la Guerra del Chaco (1932-1935).
"Hartos hemos ido, nos hemos cortado el cabello, ni de pollera ni de falda: hemos ido de soldados”, contó.
Sonríe. Podía recordarlo todo, menos cuántos años tiene ni cómo era su madre, Francisca Ramos, quien murió cuando ella nació.
De su padre, Plácido Quispe, se dice que al verse solo la abandonó y se fue con otra mujer. Años después lo ubicó y lo culpó porque la pobreza impidió que aprendiera a leer.
Nació en la comunidad de Ocobaya, Chulumani. Lo sabe, pero no acierta a decir cuándo salió rumbo a La Paz para trabajar como empleada doméstica. No titubea, sin embargo, al contar por qué se dedicó a ser partera. "En mi pobreza, en mi pobreza -reitera-, pobre yo, no tenía qué comer”.
Un día conoció a una mujer embarazada y que sufría por los dolores que le causaba la mala posición del feto en su vientre. Yola tomó una manta, la puso debajo de la cintura y parte de la espalda de la enferma y empezó a agitarla. "Esas veces era joven y tenía fuerza”, dice.
Desde aquella vez fue recomendada como asistente en embarazos y empezó a atender partos, de los cuales no tiene un registro. "No puedo decir cuántos. Desde que era joven hasta ahora he atendido hartos partos, algunos de los nacidos ya son viejos y otros murieron. No son 10 ni 20, son hartos”, asegura.
Su hija Demetria Soto, de 65 años, afirma que desde muy joven su madre "ha traído niños a este mundo”. Podrían ser más de mil. Su nieto, Pablo Montesinos, de 43 años, asegura que la visitaban mujeres con sus hijos de todos los pueblos.
Hasta un par de décadas atrás, ella atendía partos y en otras ocasiones "corregía” a la gestante para un buen embarazo, según su nieto, quien no se atreve a poner un número a los partos que atendió.
La mañana del 18 de agosto, cuando Página Siete la entrevistó en Irupana, atendió a tres niños con dolencias en la espalda y a los cuales les dio una fricción; también la visitó una pareja de jóvenes, que recababa datos sobre las actuales formas de curación tradicional.
Aseguró que un mate de manzanilla u orégano no es bueno para acelerar el parto.
Su hija y su nieto, al verla sonriente, aseguran que aún tiene fuerzas para tratar dolencias, sobre todo de niños. Ya no ayuda a las embarazadas. A su edad, ella misma luce como toda una niña.
Guía de atención de las parteras
El Viceministerio de Salud presentó el jueves la Guía de Atención de las Parteras Tradicionales para atender embarazos, partos y pospartos, con el objetivo de construir un sistema de salud equitativo e intercultural, que garantice el acceso universal para reducir la morbimortalidad materno infantil.
Se informó que el 10% de los partos en todo el país es atendido por parteras. En 2005, de cada diez niños, cinco nacían en sus casas; mientras que en la actualidad, ocho de cada diez niños nacen en un centro médico, por lo que el parto institucional subió en 75%.
La guía permitirá a las 2.500 parteras acreditadas en el país que realicen una atención a las madres gestantes de manera integral, respetando sus usos y costumbres en salud.
Lo que se pretende es que el 100% de los niños nazca seguro, mediante la asistencia del médico y la presencia de la partera.
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