Verónica Zapana S. / La Paz
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alerta que Bolivia es un "mercado potencial” para la arremetida de empresas de gaseosas. Pese a que es uno de los países con menor índice de consumo de la región, la ingesta nacional de esos productos se triplicó en los últimos 12 años. Urge la reglamentación de la Ley de Alimentos Saludables.
"Hay que estar atentos, porque lo que buscan (las embotelladoras) es que Bolivia consuma más de los 94 litros (que se registran actualmente) y llegue a 200 o 250 litros por persona. Hay que evitar eso, porque sino en 15 años vamos a tener una epidemia de diabetes”, informó ayer el representante de la OPS en Bolivia, Fernando Leanes.
Según el informe Mercadeo de Productos Ultraprocesados de la OPS, Bolivia está en los lugares más bajos de la tabla de consumo regional. "Hoy cada persona ingiere 94 litros de gaseosa azucarada por año, lo cual es mucho, pero comparado con los 200 litros de México, los 240 de Estados Unidos, los 160 de Argentina o los 150 que tiene Chile está muy bajo”, explicó Leanes.
Añadió, sin embargo, que Bolivia es el país que más aumentó su consumo de gaseosas en los últimos 12 años. En 2004, el consumo per cápita de bebidas gaseosas en el país era de 34 litros. Este índice "casi se triplicó” en 2016. "Y según los datos es el país que tuvo el incremento mayor de la Región junto a Uruguay y Perú”.
Leanes reconoció que Bolivia, pese a ello, mantiene una dieta sana en comparación a sus vecinos. Añadió la baja en el índice de desnutrición crónica infantil, en niños hasta los cinco años, de 41 % a 15%, convierte a Bolivia en "el país con más potencial como mercado para las gaseosas y otros productos similares”.
El consumo indiscriminado de gaseosas puede provocar, a mediano plazo, una epidemia de diabetes en el país, alertó el representante de la OPS en Bolivia. Por eso, recomendó que se acelere la reglamentación de la Ley 775 de Promoción de Alimentación Saludable.
La norma fue promulgada el pasado 8 de enero. Con ella se busca regular la publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas. En las etiquetas de estos productos se debe informar sobre los niveles -alto, medio o bajo- de azúcar, sal y grasas. Con eso se contribuirá a resolver los problemas de desnutrición y fomentar una alimentación sana.
Leanes recalcó la importancia de concentrarse en la reglamentación de la norma. "Es el primer paso para aumentar el cuadro de impuestos a esas bebidas que pueden resultar dañinas”.
Hace tres días, la OMS recomendó a los países de la región que incrementen los impuestos a las empresas de gaseosas para combatir la obesidad en el mundo. La organización argumenta que si sube en 50% el precio de las bebidas, su consumo se reduciría también a la mitad.