Página Siete / La Paz
Deleitar el paladar con cinco variedades de llajua no estaba programado en la agenda de Jhonny Félix, pero no pudo resistir la invitación al Festival de la Llajua que encontró a su paso por las puertas del Hogar Quevedo.
"Me gusta la llajua. Tiene un sabor único” decía Félix mientras traspiraba por el picante con el que acompañaba su plato paceño. "Yo como llajuita en todos los platos, pero en el que pongo harto es en el ají de fideo”, dijo el comensal un poco sonrojado.
Según la médico del Hogar Quevedo, Karina Sánchez, el personal de ese asilo preparó ayer cinco variedades de llajua para que los internos y el público en general degusten las salsas con platos típicos. La actividad fue un homenaje a los 468 años de fundación de La Paz.
Entre las llajuas que se presentaron estaban la de quirquiña y la de huacataya, que son similares entre sí porque ambas tienen tomate y locoto y sólo las diferencian las plantas aromáticas. Además, se degustaron la salpallajua, hecha de ají amarillo con cebolla verde; la de ulupica, acompañada con aceite y cebolla, y la de chimichurri con base en vinagre, aceite, perejil, cebolla y locoto.
Los anfitriones prepararon dos litros de cada una de las variedades de llajua, con el temor de que sobre salsa, pero grande fue su sorpresa cuando todas se acabaron. "La gente vino a degustar cada uno de los sabores picantes”, añadió Sánchez.
Para acompañar ese sabor, en el Hogar Quevedo se preparó dos comidas típicas: sopa de fideo y plato paceño.
"Este tradicional matahambre (sopita de fideo) siempre se degusta con llajuita”, dijo Féli,x quien aseguró que no hay plato que no acompañe con picante. "Si no tengo, me compro -porque ya hay llajua preparada en los mercados- o como locoto”.
La llajua es un aderezo que no falta en las mesas de las familias paceñas. La salsa de sabroso picante es una tradición que comparten todas las generaciones. Félix reconoce que él también heredó el gusto "llajuero”.