Leny Chuquimia / La Paz
Con villancicos, ch’alla y mucho entusiasmo, ayer los jóvenes del centro de acogida Méndez Arcos lanzaron su segunda campaña de venta de los panetones Ciudad del Niño. Su meta esta gestión es producir y comercializar 15.000 panes navideños.
"Este año estamos triplicando nuestra meta, queremos llegar a vender 15.000 panetones. El costo de cada uno es de 30 bolivianos”, explicó la responsable de producción de los panetones Ciudad el Niño del centro Méndez Arcos, Lucy Altamirano.
En este reto participan 13 adolescentes entre 13 y 18 años de edad. Siete de ellos -los mayores- son responsables del proceso, desde el amasado hasta el horneado. Los otros seis, los pequeños, se encargan del empaque.
"Es muy lindo participar en esta campaña. Desde la semana pasada estamos enfocados en la producción de los panetones. Entramos en turnos desde las 8:00 hasta las 12:00; si nos atrasamos, nos quedamos hasta las 14:00”, dice uno de los panaderos en formación, Eddy Chinohuanca.
Él lleva un año en el centro y ya ha decidido que quiere dedicarse a la panadería. Asegura que el secreto no sólo es la receta, sino el cariño y el esfuerzo que los jóvenes ponen en la elaboración de cada uno de los panetones.
La producción empezó apenas hace una semana. El maestro panadero Félix Humerez se encargó, junto a sus pupilos, de escoger y comprar los mejores ingredientes. "Para los 15.000 panetones estamos utilizando 100 quintales de harina, 100 cajas de pasas, 10 cajas de almendras, 100 cajas de fruta abrillantada y 13.000 huevos”, detalla.
Cubiertos de mandiles, gorros y barbijos blancos, en la sala de producción siete adolescentes preparan la masa midiendo minuciosamente la cantidad de ingredientes. En sus manos, la mezcla desprende un aroma dulzón típico de la Navidad que inunda todo el taller de panadería.
De cada amasado se preparan entre 300 y 400 unidades que son horneadas por la tarde y noche. Una vez fríos, los panetones pasan a la sección de empacado donde, con cuidado, se los pone en celofanes y cajas con el distintivo del centro de acogida.
"Somos seis, cada uno de nosotros debe hacer entre 50 y 70 empaques. Es fácil, pero a veces tardamos mucho porque hay harto trabajo”, dice Rodrigo Arteaga, uno de los pequeños que da el acabado final al producto.
Mientras, dentro de la panadería el ajetreo no se detiene, afuera, en el patio, el resto de responsables e internos preparan el evento más importante de la campaña: la presentación oficial de los panetones.
Acomodados en inmensa pirámides, un centenar de cajas del producto esperan la tradicional e infaltable ch’alla que dé suerte a su comercialización.
"Estos panetones significan mucho para nosotros. Cuando estábamos internos los hicimos con nuestras propias manos y hoy los jóvenes nuevos depositan su futuro en ellos”, expresa en su discurso el presidente de exalumnos del centro Méndez Arcos, Víctor Duchén.
Él es parte de una tercera generación de hermanos mayores que han pasado por la institución a lo largo de sus 89 años. La primera generación estaba integrada por los jóvenes huérfanos de la Guerra del Chaco.
Lo recaudado con la venta de los panetones ayudará a los adolescentes a reunir un pequeño capital para cuando cumplan los 18 años y dejen el albergue. Además es parte de la capacitación para su inserción laboral.
"Este año dos jóvenes van a dejarnos. Además del apoyo para su independencia con un colchón, una frazada, su cocinita y algunos insumos de cocina, ellos logran reunir un pequeño capital con el que pueden realizar su propio emprendimiento”, manifiesta Altamirano.
Los pedidos pueden hacerse a los números telefónicos 2488354 y 2490649, o al celular 72599269.