Wara Arteaga / El Alto
Los jueves y domingos, miles de productos se ofertan en la populosa Feria 16 de Julio de El Alto, donde también hay los sitios de estacionamiento. "Tres bolivianos”, es el precio por el cuidado del carro en la calle. En un parqueo cuesta cinco bolivianos.
Don Blass Condori, un vecino ya entrado en edad, cuida una de las esquinas de la calle Nisthaus.
Una vicera, un block de notas y un bolígrafo es lo indispensable para su trabajo. En la esquina de su casa, sentado en un taburete, vigila a quien se acerque a la calle, también los lugares vacíos y de vez en cuando hace de guía de tránsito para evitar colisiones.
Toda la vuelta de su vivienda está rodeada de vehículos o llantas de autos. El panorama es el mismo en las calles adyacentes. Cinco autos en promedio es lo que cabe a lo largo de cada vivienda.
El lugar es cómodo para los visitantes, ahí, muy cerca a la feria, a dos cuadras del mercado, donde ningún vendedor llegó todavía. "Vienen muchos autos, antes los parqueos se llenaban y todos buscaban un lugar dónde dejar”, relata el vecino, así fue como surgió la idea de cuidar las movilidades de la puerta y calle hacia afuera.
Los vehículos se estacionan en forma diagonal para dar espacio a los carros que llegan o salen de la feria. Algunos choferes acuden por falta de lugares en los terrenos que tienen un letrero de "estacionamiento”. Otros se quedan por el precio, tres bolivianos la hora.
Desde hace cuatro años surgió este negocio que nació por demanda de la gente. "Muchas familias vienen a comprar muebles o casas para perros. Es una manera de ordenar la feria”, explica Condori. Taxis y vehículos privados llenan el lugar, cuatro calles a lo largo, muy cerca a las tiendas de muebles. Hay varias casas que dispusieron sus espacios de acera como parqueo.
Las personas llegan de todas partes del país. "Vienen del oriente o de los valles, se pierden por horas”, explica el vigilante. Explica que también llegan extranjeros con sus movilidades.
"Todos los lugares concurridos necesitan estacionamiento, sino esto se vuelve un desorden”, indica. A unas cuadras del lugar se encuentra el polideportivo Héroes de Octubre, en la avenida Juan Pablo II, a la altura de esa construcción se estacionan algunos vehículos los días de feria.
Desde la calle J. Arzabe, a dos cuadras de la avenida Alfonso Ugarte, dos filas de taxis se estacionan a cada lado de la calle.
A unos pasos se encuentra una escuela, Santa María de los Ángeles. La institución educativa está en medio de la feria y los taxis usan la calle como parada.
Los estacionamientos en la calle son una opción para los choferes. Pero hace cuatro años nacieron como una necesidad debido a que los parqueos "siempre estaban llenos”. Hoy la situación cambió, ahora se puede elegir.
"Los conductores pueden escoger, algunos prefieren la calle por el precio, no es como antes”, comenta uno de los vecinos.