Guardianes del Tuni Condoriri luchan contra la contaminación
A pesar de los cuidados, éste y otros glaciares retroceden debido al cambio climático. Enormes grietas son muestra del daño irreversible a los colosos andinos. 4 fotos

4 fotos

4 fotos

4 fotos

domingo, 20 de agosto de 2017 · 02:00
Leny Chuquimia / Tuni Condoriri
Basura y contaminación minera, son los dos problemas sobre los que los comunarios del Tuni Condoriri han decidido ejercer estricto control para preservar el glacial y el parque nacional. "No dejar huellas de la visita” es la premisa para foráneos y locales.
"Nosotros cuidamos y preservamos el Tuni Condoriri. Queremos generar un turismo sostenible que no dañe más nuestra tierra”, afirma Francisco Huampo, representante de la Asociación de Comunarios Amauta.
En la provincia Los Andes entre Pucarani y Batallas está el Tuni Condoriri. En medio de la paja, el pavimento desaparece para dar paso a una decena de casitas de piedra y adobe que flanquean el camino que conduce hacia el cóndor gigante.
El aire es frío y parece comprimir los pulmones. Sobre el camino a los glaciares hay al menos tres lagunas que en su quietud reflejan un paisaje místico alimentado de historias y mitos. Y es que "el Tuni” para sus guardianes no es sólo una montaña.
Aseguran que es el hogar de sus seres protectores y fuente dadora de vida. Que sus aguas son medicinales y también capaces de atrapar el ajayu de quien las ronde en mala hora. Que sus valles rocosos y ríos de hielo son capaces de mutar para que quien los recorra se pierda.
La basura traída por los turistas y los intentos de extraer mineral son su preocupación. Por este motivo, al ver visitantes que se acercan, hacen varias preguntas y luego vigilan. Los frutos de su resguardo se ven en senderos y lagunas que hace un año empezaban a presentar acumulación de desechos sólidos, pero que ahora están limpios.
Pero han identificado un peligro mayor: el cambio climático. Con tristeza, los comunarios ven sus efectos en la disminución de la fauna, flora y afluentes que no sólo alimentan sus cultivos y ganado, sino a las ciudades de La Paz y El Alto.
Un daño irreversible
En 2009 el Chacaltaya fue el primer glaciar andino en desaparecer. También fue la alerta del daño irreversible en los eslabones de la Cordillera Real.
Durante la extrema sequía que azotó a La Paz en 2016, la represa del Tuni Condoriri fue la única que mantuvo su embalse mientras el resto se secaba. Entonces, el coordinador del Programa Mi Riego, Boris Calcina, confirmó que la reserva sobrevivía a costa del deshielo del nevado.
"En los últimos años ha habido un retroceso acelerado”, afirma el guía José Camarlinghi.
La prueba está en medio del glaciar a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar. Bajo una capa de hielo sobre la que caminamos se escucha el sonido de lo que parece un río. "La radiación a esta altura es capaz de atravesar una capa de nieve de 70 centímetros de espesor calentando toda partícula, tierra o roca. Esto empieza a derretir el nevado desde dentro”.
Las demás montañas también presentan los signos tempranos de su extinción. "En el Illimani hay problemas. Hace una semana estuve en el glaciar y hay nuevas grietas por las que no se puede pasar”, manifiesta el guía Juan Villarroel.
La semana pasada, los comunarios, la AGMTB, agencias de turismo, la Gobernación y Base Camp (equipo de montaña) organizaron un recorrido para promocionar este destino turístico. Invitaron a la población a visitar el lugar no sólo por diversión, sino también para tomar conciencia de su importancia.
Tras dos horas de caminata, de cerca lo imponente de la montaña es también intimidante. Aunque su futuro sea incierto, ahora aún hay glaciares. Escalarlos es un reto difícil en el que el corazón parece no latir lo suficiente.
Pero ya en lo alto eso es lo último en lo que uno piensa. El paisaje inigualable, la nieve suave y el cielo intensamente azul hacen que cada gota de sudor y esfuerzo valga la pena.
AVISO IMPORTANTE: Cualquier comunicación que tenga Página Siete con sus lectores será iniciada de un correo oficial de @paginasiete.bo; otro tipo de mensajes con distintos correos pueden ser fraudulentos.
En caso de recibir estos mensajes dudosos, se sugiere no hacer click en ningún enlace sin verificar su origen.
Para más información puede contactarnos