Jhoselin, destacada alumna que soñaba con ser maestra
Fue víctima de una brutal violación grupal y murió luego de dos semanas de agonía. La familia exige justicia y pide la máxima pena para los agresores.Anahí Cazas / La Paz
Cuando Jhoselin, la hija menor de la familia Calani Coria, cumplió 15 años no exigió una fiesta de cumpleaños, menos un regalo costoso. Sabía que sus padres no tenían dinero, sabía que ellos realizaban grandes sacrificios.
“No era exigente. Ella entendía que no teníamos muchos recursos”, llora Zenón Calani, papá de la adolescente de 17 años que murió la noche del viernes 1 de noviembre luego de dos semanas de agonía en una sala de terapia intensiva de un hospital de la ciudad de Oruro.
Fue víctima de una brutal violación grupal. Fue dopada y abusada salvajemente por cuatro adolescentes. A causa de las graves heridas, la adolescente fue internada en terapia intensiva y fue sometida a tres cirugías.
“Siempre me decía: Yo te voy a cuidar cuando seas viejito. Ahora ella se ha ido, nos ha dejado”, se quiebra Zenón, mientras recuerda uno de los sueños que tenía la niña de sus ojos. “Jhoselin quería ser maestra, ya estaba averiguando para entrar a la normal”, comenta el padre de la víctima en una entrevista con Página Siete.
Era la menor de los cuatro hijos de la familia Calani Coria. Tenía dos hermanas (24 y 22 años, respectivamente) y un hermano (20 años). “Era la alegría de la familia”, comenta.
Desde muy niña, Jhoselin se destacaba en el colegio. Era la mejor alumna de su curso y la más destacada del Liceo de Señoritas de Oruro. “Este año tenía que salir bachiller. Era muy estudiosa. Era abandera, siempre ganaba medallas y participaba en olimpiadas”, comenta su papá.

Foto: La Patria
La joven tenía que cumplir 18 años de edad el próximo 20 de diciembre. Ya en su último año de colegio, Jhoselin estaba en correteos para ingresar a la Normal. “Tenía la meta de ser profesora, quería dar clases en el Liceo de Oruro”, dice Zenón.
Cada año, la joven participaba en todas las olimpiadas de matemáticas, lenguaje y estudios sociales. Era muy querida y destacada por sus profesores. Era muy hábil para las ciencias exactas: química y matemáticas.
Un profesor del Liceo de Oruro cuenta que la joven era una excelente estudiante. “Era una alumna destacada. Desde que llegó al colegio ha tenido las mejores notas. Nosotros la despedimos ahora con los mejores recuerdos y con mucho cariño”, dice.
Jugaba fútbol y voleibol. Amaba la música de todos los géneros. Escuchaba desde cumbia hasta baladas románticas. “Mi hija era muy activa y alegre. Hacía todo, se inscribía a todas las actividades en el colegio. Nunca decía no”, cuenta.
La noche más larga
“Tengo que hacer un trabajo práctico”. Fueron las últimas palabras de Jhoselin antes de salir de casa la tarde del miércoles 16 de octubre. Sus padres confiaban en ella porque nunca dio problemas por mala conducta. “No salía, siempre se quedaba en casa, no sé qué pasó ese día”, dice el papá de joven.
Según la investigación preliminar, ese miércoles fatal, la víctima fue citada por amigas y amigos en una casa en construcción, ubicada en la Urbanización Pumas Andinos de Oruro. El informe policial refiere que estaban invitadas tres menores más, pero no asistieron al encuentro.
“Unos amigos se encontraron con la víctima y la llevaron a consumir bebidas. Aparentemente la habrían dopado y procedieron a abusarla sexualmente (…), llegando a niveles increíbles”, dice el Fiscal Departamental de Oruro, Orlando Zapata, en una conferencia de prensa, un día después de la tragedia.
La autoridad asegura que este caso es uno de los más crueles que ha atendido en el Ministerio Público. “La menor fue dopada y abusada salvajemente por los cuatro adolescentes”, indica.
¿Qué pasó? Zenón asegura que las culpables de la tragedia de su hija son unas compañeras de curso del colegio. “Ella era muy buena alumna, por eso le tenían envidia. Sus amigas le hicieron la maldad, ellas le han traicionado”, dice.
Y es que la noche del 16 de octubre, los padres de Jhoselin estaban desesperados porque la joven no regresaba a casa. Llamaron a las compañeras con las que salió su hija y ellas respondieron: “Estábamos haciendo nuestra trabajo práctico, ya va a llegar, seguro ya llegará a su casa”. “Ellas nos han mentido”, comenta.
Un grito de justicia
Los papás y hermanos de Jhoselin viven un infierno. “La casa está vacía, ya nada es igual”, dice Zenón, quien ahora explica que el único consuelo de la familia es conseguir justicia.
En 10 días, según los abogados, se conocerá la situación del caso. “No entiendo de leyes. Los doctores nos están ayudando. Exigimos la máxima pena, pero la ley dice que como son menores de edad sólo pueden recibir seis años de cárcel. Ahora ellos están felices en un albergue; en cambio, yo he perdido a mi hija. Nunca la volveré a ver”, reniega contra el destino. “Estos delincuentes han actuado como adultos y deberían ser juzgados como adultos”, añade.
Los cuatro acusados tienen entre 16 y 17 años de edad. Todos guardan detención preventiva en un centro. Según familiares de la víctima, no muestran ningún tipo de remordimiento.
De acuerdo con el fiscal departamental de Oruro, Orlando Zapata, con el informe de la autopsia de ley, se cambiará la tipificación del delito de violación a niño, niña, adolescente con agravante: a feminicidio.
En un contacto con los medios locales, Roger Santa Cruz, uno de los abogados de la familia de la víctima, dijo que los agresores actuaron brutalmente y calificó el hecho “como la peor violación de este año en el territorio nacional”.
Zenón es chofer del servicio público y su esposa es ama de casa. Antes del crimen, ella estaba muy enferma. “Sufrió una fuerte hemorragia. Los médicos tuvieron que operarla”, dice y cuenta que la familia gastó todos los ahorros en esa cirugía.
Hoy, la situación de la familia Calani Coria es complicada. Zenón dejó de trabajar porque es el único que aún tiene fuerzas para buscar justicia.
“No estoy trabajando porque ando correteando con los abogados para no descuidar el juicio. Quiero justicia”, comenta.
La mamá de Jhoselin está mal de salud. “No puede caminar, se queda en la casa, a veces da unos pasos con calma. Tengo miedo que le dé otra hemorragia”, dice su esposo. La mujer se encuentra muy deprimida por la muerte de su hija menor.
Los hermanos de la víctima no superan la partida de la estudiante y sufren más al recordar que fue asesinada cruelmente.
“Mi hijo estaba en la carrera de Ingeniera, cuando se ha enterado de la situación de su hermana, rompió todos sus planos y trabajos. Ya no quiere estudiar, ya no quiere saber nada de la vida”, comenta. Las otras hermanas de Jhoselin ya no quieren salir de casa. Viven con miedo y ya no quieren ir a la universidad.
Foto: La Patria
El crimen de la adolescente de 17 años ha causado conmoción en la ciudad de Oruro y en Bolivia. Días después de la muerte de la joven, los padres de familia de diferentes colegios del distrito de Oruro marcharon para pedir justicia por el asesinato de Jhoselin.
“Lastimosamente ha fallecido una niña de una de las unidades educativas por culpa de cuatro personas inescrupulosas. Estas personas prácticamente han dejado en desgracia a una familia”, explica Pablo Rodríguez, representante de una de las juntas de distrito de padres de familia de Oruro, en una entrevista con el diario local La Patria. “Exigimos la máxima sanción para estos cuatro individuos, pedimos a las autoridades que de una vez den fin al caso”, sostiene.
Los estudiantes del departamento orureño también exigen justicia para la joven. La dirigente estudiantil del Liceo de Señoritas Oruro Fabiola Velasco y representantes de la Federación de Estudiantes de Secundaria se movilizaron para exigir la pena máxima contra los agresores y asesinos de Jhoselin.
“Queremos que la justicia se encargue de agilizar el caso y castigar a los culpables”, dijo una de las compañeras de la víctima.
El pasado 2 de noviembre, cuando todas las personas despedían a las almas de sus seres queridos en la festividad de Todos Santos, familiares, amigas, profesores del Liceo de Señoritas de Oruro y vecinos daban el último adiós a Jhoselin.
Zenón llora y sabe que nunca superará la muerte de su hija. “Como era la menor, ella siempre decía: papá, mamá, yo los voy a cuidar a hasta lo último. Ella ahora se ha adelantado”, llora Zenón.
La familia recauda fondos para pagar gastos médicos
Amigas, vecinos y autoridades locales lanzaron una campaña solidaria para ayudar a la familia de Jhoselin, la adolescente que falleció luego de ser víctima de violación grupal en Oruro. La iniciativa tiene como objetivo recaudar 95.000 bolivianos, monto que se debe al establecimiento de salud, donde se encontraba internada la víctima.
“Tengo una deuda con la clínica Salvador. Tenemos que pagar 95.000 bolivianos por las atenciones que recibió mi hija. Ahí fue operada tres veces, además, estaba internada en terapia intensiva. Me dieron dos semanas para pagar la cuenta. No tenemos dinero”, explicó Zenón Calani, papá de Jhoselin.
Para recibir el apoyo de la gente, la familia puso a disposición el número de cuenta 406874255 del Banco Mercantil Santa Cruz, a nombre del hermano de la víctima, Óscar Calani Cori.
La anterior semana, el gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, anunció que la entidad se sumará a la campaña para ayudar a la familia de la joven. Indicó que ya recaudaron 15.000 bolivianos de un aporte de la Lotería Nacional.
Atención y terapias
Horas después de la muerte de la adolescente, la directora general de la Niñez y Adolescencia del Ministerio de Justicia, Ninoska Durán, anunció que la familia de la víctima de violación grupal de Oruro recibirá apoyo psicológico y legal.
“Nos hemos reunido con la madre de la víctima, la cual va a ser patrocinada legalmente y gratuitamente por el Sepdavi (Servicio Plurinacional de Asistencia a la Víctima)”, dijo Durán, en una conferencia de prensa.
La autoridad edil sostuvo que, por instrucción del Ministro de Justicia, se prioriza la atención integral del caso. Ante esa situación, el personal del Sepdavi se apersonó a la Fiscalía y al Juzgado de la Niñez y Adolescencia en calidad de patrocinadores para exigir sanciones drásticas contra los agresores.
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