Embarazo adolescente: 20% es por estupro y noviazgo violento
A pesar de que exista una relación sentimental, el hecho de que sus parejas sean mayores de edad las hace víctimas de violencia y estupro, señalan.
La Paz - domingo, 02 de octubre de 2016 - 0:00
Leny Chuquimia / La Paz
Magalí (nombre ficticio) sueña con tener una fiesta de 15 años y celebrarla con sus amigas. Es pequeña, delgada y de risa constante. Sus ojos tienen la chispa de curiosidad de cualquier adolescente, pero se transforma en ternura y fortaleza cada vez que habla de su pequeña hija. Hace poco su retoño cumplió dos años y ya le dice mamá.
El estupro (delito por tener una relación sexual con menores de edad) y los noviazgos violentos son causantes del 20% de los casos de embarazos adolescentes. En la mayoría de éstos, las jóvenes madres no son conscientes de la violencia de la que son víctimas al involucrarse sentimentalmente con parejas mayores, que a pesar de haber creado lazos sentimentales como pareja, ejercen violencia a partir de la desigualdad de poder.
10 embarazos por hora
Según reportes del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en Bolivia en 2013 se registraron 90 mil embarazos adolescentes: un equivalente a 246 por día o 10 cada hora.
Datos proporcionados por la ministra de Salud, Ariana Campero, en el marco de la Semana Mundial de Prevención del Embarazo, muestra que esta cifra descendió "discretamente” durante las últimas gestiones. "En 2014 hemos tenido 85.500 embarazos en mujeres adolescentes, esa cifra bajó en 2015 a 82.416”, afirmó la autoridad.
Pese a esto la tasa de fecundidad en el país aún llega a 88 adolescentes por cada 1000 mujeres en gestación, 38 embarazos por encima de la media regional. La edad registrada es entre 15 a 19 años, aunque como en el caso de Magalí se presentan casos a los 12 e incluso a los 10 años.
Para la coordinadora de la Casa Refugio para Madres Adolescentes de la Fundación Arco Iris, Patricia Claros, las causas son diversas, pero en la mayoría la violencia está presente. "Son víctimas en todo sentido. El embarazo adolescente es multiproblemático ya que en todo el tema hay abandono, maltrato, violencia intrafamiliar y violencia sexual que tiene como resultado el embarazo”, dijo.
Violencia, uno de los factores
A partir de un estudio, en 14 municipios del país, UNFPA identificó la denominada "prueba de amor” como método de presión para tener relaciones sexuales que terminan en embarazo. Las bebidas alcohólicas y el abandono familiar son otros factores.
Según los reportes de los casos atendidos por Casa Refugio, en el 80% de los casos, las adolescentes fueron víctimas de violencia sexual dentro de su mismo entorno familiar. Esto quiere decir que los agresores fueron padres, hermanos, tíos, abuelos , primos u otros parientes.
"El resto de los casos también es consecuencia de violencia sexual, pero está bajo estupro. Son casos en los que una persona mayor de edad enamora a una menor abusando de su inocencia y falta madurez”, indicó Claros.
En el caso de Magalí, ella sostiene que tuvo a su pequeña como fruto de una relación consentida en la que ella estuvo enamorada. Ante la ley es calificado como estupro porque su pareja era más de 20 años mayor.
"Trabajaba con él como voceadora y él era el chofer. Su carácter era lindo”, dice cuando piensa en el padre de su hija, a quien no ha visto desde que fue enviado a la cárcel. Niega haber sufrido violencia asociándola con golpes. "Nunca me pegó”, afirma.
"Cuando hay la relación sentimental no deja de ser estupro, sino que también hay un enamoramiento violento porque hay una relación en desigualdad en la que él domina y ejerce violencia en la relación”, explicó Claros.
Aclaró que la violencia no sólo está en la diferencia de edades. Hace algún tiempo al hogar llegó el caso de un embarazo en el que ambos progenitores eran adolescentes. "Pero no deja de ser una víctima, hubo un enamoramiento por parte del muchacho que era hijo de la empleadora de la adolescente, hecho con el que ponía presión para mantener relaciones sexuales”, dijo.
Madre y adolescente
Para contar su historia, Magalí escogió su nombre. Lo escuchó de su madre y así le hubiera gustado llamarse. "Suena bonito”.
Nació el 28 de diciembre hace 15 años. No conoció a su padre y vio poco a su madre biológica. Empezó a trabajar desde muy pequeña y en uno de esos trabajos conoció al padre de su hija.
Asiste al colegio y se esfuerza el doble que sus compañeras por conseguir una vida mejor. "No me esta yendo muy bien, pero tengo que poder, debo ser muy positiva y no rendirme”, dice.
Se embarazó antes de cumplir los 12 años. Los primeros meses los llevó en secreto, con miedo, pero confiesa que también con felicidad y esperanza.
"La primera vez que me hicieron una ecografía vi su cabecita y su cuerpito. Era mi hija dentro de mí y pensaba que mi mamá había sentido lo mismo al llevarme en su vientre”, señala.
Al enterarse de la gestación su pareja le pidió que abortara, pero ella decidió tener a su bebé. "Es un ángel y no tiene la culpa. Ahora es mi compañía y siento una inmensa alegría cada que me dice mamá”, asegura.
En Casa Refugio encontró un hogar donde aprende a ser madre y continúa su vida con todos los cambios y problemas de una jovencita de su edad y donde recibe la visita de su padrino a quien considera un padre.
Quiere ser abogada o profesora, hacer una fiesta de 15, poner un negocio y "algún día” volver a enamorarse. "Pero primero tengo que sacar a mi hija adelante”.
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