Limbert, árbitro y profesor de educación física que enseña al ritmo de saya

El maestro oriundo de Los Yungas ya suma 13 años de docente y más de 11 años de árbitro. Sus métodos de enseñanza nacen de su vocación y amor al deporte.

Sociedad
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La Paz - miércoles, 28 de junio de 2023 - 19:34

Con un silbato y un balón de básquetbol, el profesor Limbert Pinedo Pinedo guía a sus estudiantes para ejercitarse al ritmo de la saya u otras melodías autóctonas en cada una de sus clases de educación física en el colegio San Roque de la ciudad de El Alto.

$!El profesor durante sus clases de educación física.

Desde niño, Limbert siempre se inclinó por el deporte. Nació y creció en la comunidad Marca, de Nor Yungas, en el municipio de Coroico, La Paz, donde conoció al profesor de educación física Nicolás Molle, quien fue un gran apoyo para él.

No le molestaba tener que recorrer grandes distancias desde su comunidad hasta su colegio en Coroico, dos horas de ida y dos horas de vuelta, todos los días a pie, pues le encantaba pasar clases.

Su deporte favorito era el fútbol y tenía talento para ello, así que ingresó a una “escuelita de fútbol de Coroico”, lo que lo llevó a ser fichado, cuando sólo tenía 14 años, por un empresario cazatalentos, quien lo llevó a la ciudad de La Paz y lo introdujo en el plantel juvenil de club The Strongest, donde se mantuvo hasta la pre profesional.

$!El equipo juvenil de The Strongest en el que Limbert Pinedo jugó en su adolescencia.

Su suerte estaba echada. Sin embargo, una lesión de gravedad hizo que a los dos años y medio, aproximadamente, su sueño se paralizara. Entonces, tuvo que volver a su tierra natal, donde terminó sus estudios secundarios.

Su carrera de futbolista estaba truncada, pero la perseverancia es una de sus virtudes, así que Limbert buscó opciones y decidió estudiar para ser maestro de educación física. Una vez más, en 2004, tuvo que salir de Los Yungas y volvió a la ciudad de La Paz.

$!El profesor Limbert Pinedo.

Estudió en el instituto INSEF y se graduó en 2010, pero de forma paralela también estudió otra carrera, la de árbitro profesional. Con dos profesiones en mano, el maestro yungueño fue designado para dictar clases en diferentes unidades educativas de varias regiones de Bolivia, ya sea en lugares calurosos como Coroico o Santa Cruz, o de fríos extremos como el altiplano paceño.

Incluso trabajó como docente en el colegio militar y como funcionario, en el Ministerio de Educación, pero finalmente, hace cuatro años llegó a la unidad educativa San Roque, en El Alto. Los padres de familia no quieren que se vaya, pues aman la forma en la que enseña a sus estudiantes.

Su carrera de árbitro

Limbert tiene un título de árbitro profesional para desempeñarse en el fútbol profesional, pero por falta de tiempo, no lo hace. Sin embargo, para no dejarlo de lado, trabaja los fines de semana en los partidos que se desarrollan en las zonas mineras.

$!Los niños y niñas aprenden a manipular el balón.

“Cada maestro, cada maestra a nivel nacional, está formado y capacitado para dar sus respectivas clases, pero cada maestro tiene que buscar sus propios métodos, sus propias estrategias para ver cómo puede hacer gustar su materia a un estudiante, cómo captar su atención”, dice.

Es por ello que él decidió combinar la danza con el deporte para que sus estudiantes no se aburran en las clases y por el contrario adquieran un gusto por ellas, y en un futuro, de allí salgan excelentes deportistas que “lleven en alto el nombre de Bolivia”.

La frase

“Yo nací con la sangre deportista. El jugador nace, pero sobre lo que nace se lo forma, en ese entendido me gusta el deporte, es mi vida el deporte, por eso yo ahora como maestro me dedico a enseñar con mucho cariño, pero sobre todo con mucha vocación”.

Profesor Limbert Pinedo

Al ritmo de la saya caporal, la saya afroboliviana autóctona, el tinku u otras músicas folklóricas, el “profe Limbert”, como le dicen casi todos, guía a sus estudiantes para sacar sus mejores pasos de baile, mientras éstos realizan técnicas con un balón.

Pero, no sólo entrenan el cuerpo, sino también la mente, y por eso, el profesor decidió invertir 2 mil bolivianos de sus propios recursos para elaborar un enorme tablero de ajedrez -de 6 por 6 metros y cada ficha de 50 centímetros de alto-, para que los niños aprendan a jugarlo. “No me importa mucho el gasto que haya realizado sino que por vocación y profesionalismo, lo que más importa es que los niños aprendan”, señala.

$!Estudiantes aprenden a jugar ajedrez.

Dicho método tuvo buenos resultados, pues el tamaño del juego captó la atención de los niños y ahora están avanzando de forma óptima en las Olimpiadas departamentales de Ajedrez.

Limbert, quien actualmente tiene 38 años de edad, recuerda que cuando era niño tuvo un maestro que fue muy significativo en su vida, pues lo motivó a no dejar el deporte y ahora él pretende hacer lo mismo en favor de sus estudiantes, pues siente que tiene vocación para enseñar.

$!El profesor Limbert Pinedo.

“Mi objetivo es seguir trabajando, brindar el conocimiento y la enseñanza deportivo-pedagógico a los niños y seguir enseñando en cualquier lugar donde esté trabajando, porque el maestro siempre va a ir donde la educación precisa. Si me toca estar en otro lugar, vamos a enseñar con la misma dinámica”, señala y dice sentirse feliz al obtener los resultados que ha logrado hasta ahora.

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