André Maurois retrata la vida atormentada de uno de los hombres que más y mejor han cantado a Francia y, junto con ella, a todo el género humano: Victor Hugo.
José Luis Moralejo realiza una crónica de la repercusión que a lo largo de dos milenios tuvo el arte de Horacio en las facultades de filología y en la lira de los creadores más eximios.